Continuamos con nuestra experiencia Tai, esta vez explicando el estupendo hotel en el que nos alojamos en Bangkok. Su nombre es Amari Watergate, y es una fantástica solución a dónde dormir en Bangkok y desde dónde observar los rascacielos de BKK a la misma altura (e incluso un poquito por encima del hombro).

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Dónde dormir en Bangkok
Tras un vuelo de unas quince horas en total con escala en Moscú aterrizamos en la capital, con unas ganas de comernos la ciudad que competían con el jet lag y el calor soporífero tailandés. Después de una hora más en taxi y con nuestras mochilas a la espalda llegamos a este oasis de tranquilidad en medio de la bulliciosa Bangkok. A pesar de nuestras aparentes pintas de mochileras, que desentonaban un poco con el ambiente exclusivo del hall del Amari, nos recibieron con muchas comodidades y enseguida nos dieron una habitación en la mejor sección del hotel, la planta Executive.

Nada más entrar en la recepción te inunda un olor que yo he bautizado como »fragancia Amari», por mi escaso olfato creo que es una deliciosa mezcla de jazmín y otras flores, que junto con la baja iluminación y los cómodos sofás de la entrada te obligan prácticamente a relajarte. Una de las noches había incluso un par de mujeres vestidas con el traje típico (sarong y camisa) tocando un instrumento del país parecido a un xilófono, que a mi me pareció lo más.
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Habitación del Hotel Amari Watergate
La habitación nos maravilló, por sus vistas (de noche eran una auténtica pasada), su decoración y sobre todo por su bañera y su »sexy shower» (es así como lo llamaba Laura, una chica súper simpática,relaciones públicas del hotel, que nos enseñó todos los recovecos del Amari).


El gracioso tema baño fue, que yo, ingenuamente, pensando que la puerta de madera que había cerca de la cama al abrirse daría a un gran armario, casi caigo de bruces cuando descubrí la bañera. Realmente fue un crimen lo que hicimos porque no nos dimos ningún baño, pero supongo que si volviera enmendaría el error (¡Tantas cosas se han quedado por hacer en Tailandia que está claro que hay volver!). La bañera, como os cuento, se abre a la habitación por un par de ventanas correderas de madera y tiene unas vistas espectaculares a los edificios a través de la cristalera de la estancia.

Como podéis ver está decorada con tonos marrones y crudos, lo que supone un descanso para los ojos de la abigarrada Bangkok, la cama era comodísima y las amenities (las miniaturas de artículos de aseo tan cuquis) del cuarto de baño muy completas.


Desayuno en el Hotel Amari
Mi comida favorita del día (el ineludible desayuno), se ofrece en forma de buffet libre, para los clientes Executive en un comedor especial en la planta 32, con cristaleras que hacen que desayunes en medio del cielo con vistas a los otros rascacielos que rodean al Amari.


Hay panes y bollería para todos los gustos, muchas frutas recién cortadas y varios platos salados. Las cajitas mini de cereales simplemente adorables.

Por las tardes, para los clientes de nuestra planta (los más mimados) es la happy hour, y sirven en la terraza cócteles y aperitivos gratis, de los que dimos buena cuenta mientras veíamos el sol ocultarse tras los altos edificios vecinos.

El hotel dispone también en su planta octava de una piscina súper chula en la que nos bañamos y nos hicimos nuestras fotos de rigor, con una temperatura perfecta para estar a remojo un buen rato.

Ofrece otras muchas prestaciones como el gimnasio, que tampoco tuvimos tiempo para usar pero parecía muy equipado y un spa en la misma planta de la piscina, una cafetería en el lobby a la que entran muchos clientes no alojados en el hotel y otros 5 bares y restaurantes más y tiendas y una sastrería en la planta número 1.
La ubicación es otro de sus puntos fuertes. Se encuentra en Petchburi Road, justo enfrente del centro comercial Platinum, a un paseo del MBK y el Siam Paragon, la casa de Jim Thompson… genial. Otro aspecto a destacar del Amari es su personal, es muy servicial e intentan siempre ayudarte, nosotras llegamos incluso a reservar un taxi para ir a Damnoen Suak y Ayutthaya, pero eso es ¡Otra historia que contaremos en la próxima entrega!
2 Comentarios
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