Sudáfrica comenzó a producir vino en 1679 y ha contado con grandes amantes de sus caldos a lo largo de la historia, con seguidores declarados de la talla de Jane Austen o Napoleón Bonaparte. A pocos kilómetros de Ciudad del Cabo nos damos de bruces con la Ruta del Vino de Sudáfrica, en las llamadas Winelands sudafricanas. ¿Quieres conocer las bodegas más bonitas que visitar? Te cuento mis catas elegidas.

Las Winelands de Sudáfrica
La comarca vinícola del Cabo es la zona de mayor producción de vinos de Sudáfrica. Está dividida en dos áreas, Constantia, situada a apenas 15 minutos en coche del centro de Cape Town, y la principal, el triángulo formado por Stellenbosch, Franschhoek y Paarl. Todas ellas plagadas de viñedos y de maravillosas bodegas.
En las coquetas bodegas de la Ruta del Vino, además de admirar su preciosa arquitectura visiblemente colonial y el paisaje tan mágico que las envuelve, podrás realizar catas de varios de sus vinos por un precio súper económico. La mayoría de bodegas cuentan con tiendas de artesanía o productos alimenticios que elaboran ellos mismos además de sus vinos, y no son pocas las que ofrecen alojamiento o atractivos extras como galerías de arte o restaurantes.
Muchas de las bodegas sudafricanas tuvieron su origen en granjas, de ahí que aún en la actualidad se encuentren fusionados estos dos conceptos y las wineries sean muy diferentes a las que encontramos en España, que suelen estar cien por cien enfocadas al vino. Aquí la idea se diluye y se convierte en un multiespacio de recreo fabuloso.

La uva Pinotage
Pinotage es el nombre de la uva característica de Sudáfrica. Es de color oscuro y su nombre es fruto precisamente de la combinación de las dos uvas originarias que dieron lugar a esta cepa en 1925. Hablamos de la Pinot Noir y la Cinsaut (más conocida en Sudáfrica como Hermitage). De ahí Pino-tage.
Los vinos sudafricanos tienen muy buena reputación internacional, son grandes exportadores y acumulan muchas condecoraciones y premios. La mayoría de negocios envían vinos a otros países (por si quieres comprar para casa en cantidad), aunque sinceramente, nosotros adquirimos varias botellas en este viaje y las llevamos sin problemas bien protegidas en nuestras maletas facturadas.

Ruta por las mejores bodegas de vino de Sudáfrica
En Sudáfrica hay cientos de bodegas a cada cuál más bonita que la anterior. Con ello quiero decir que a pesar de que os voy a contar mi selección, no significa que no haya muchísimas otras igual o más alucinantes. De hecho, me costó trabajo elegir y me informé muchísimo al respecto. Yo lo hice todo por libre, pero si te es más cómodo, no dudes en reservar una excursión como esta desde Ciudad del Cabo.

En mi caso, escogí varias que combinaban catas interesantes con un entorno y construcción singulares. Así que visité bodegas bastante monumentales en cuanto a edificios y con degustación con maridajes curiosos (las hay con chocolate y hasta con ostras, aunque yo no probé estas últimas). Para nosotros, fue un día lluvioso y frío de invierno sudafricano que paradójicamente se convirtió en el clima perfecto para disfrutar de esta actividad.
Aquí van las diferentes áreas de vinos de Sudáfrica y las bodegas más bonitas en ellas:
Stellenbosch, el corazón de los viñedos
La población universitaria de Stellenbosch, con rasgos holandeses (sus primeros colonos) está considerada el corazón de los viñedos de Sudáfrica, y la envuelven hasta 200 bodegas diferentes, además de un gran robledal (mayor antaño) que se ha convertido en su seña de identidad. Basta con conducir por la carretera aledaña para encontrar una tras otra, un sinfín de bodegas afamadas.
Waterford Estate, la bodega más bonita de Sudáfrica
La bodega Waterford es una de las más famosas de Sudáfrica y de la Ruta del Vino. Y no me extraña, es de película. El entorno es idílico y la bodega majestuosa. Sus catas, ya sea en sus salones o en su patio estilo español con fuente central, dotan de elegancia hasta al propio visitante, que se siente más sibarita que nunca.
Nosotros hicimos aquí una cata de vinos con chocolate (también de producción propia), y de hecho nos tomamos también un buen chocolate caliente para entrar en calor. El precio de la cata de tres vinos con tres chocolates es de 110 rands (6,5 euros).

Franschhoek, el rincón francés del vino sudafricano
Situado en un valle rodeado por montañas, Franschhoek significa en afrikáans «rincón francés». Esto es así porque fue fundada por hugonotes franceses expulsados por Luis XIV. Fueron ellos los que importaron a esta región de Sudáfrica su cultura culinaria y vinícola. Esto precisamente la ha llevado a ser considerada en la actualidad la capital gastronómica del país y poseer los mejores restaurantes, muchos de ellos emplazados en bodegas.
Boschendal Wine Estate – Cata de vino en Sudáfrica
La bodega de Boschendal (la segunda más antigua, fundada en 1685) fue una de nuestras elegidas para probar el vino de Sudáfrica. Es enorme y preciosa, y cuenta con un montón de espacios diferentes. Su tiendas, tanto la de detallitos para la casa como la de productos gourmet me encantaron, de hecho cayó más de una cosa en nuestra cesta: mantequilla casera, chocolate con frutos secos, pan… además de sus vinos, lógicamente.
La decoración de su restaurante y espacio de catas era diáfana y muy limpia, con retratos agrícolas con un toque contemporáneo. Las catas guiadas que hicimos aquí fueron las que más me gustaron, porque la chica se veía encantada con su profesión y te sabía transmitir las características de cada una de sus botellas. Hicimos dos catas diferentes, una con cinco vinos llamada Under the oaks (50 rands, 3 euros) y otra con tres denominada On the trot tasting (también 50 rands). Como puedes comprobar hacer una cata de vinos en Sudáfrica es muy muy barato. Su Chardonnay es muy afamado.

La Motte Wine Farm
Esta granja-bodega es otra de las que recibe mayor cantidad de público. Es de estilo colonial, como una casa de campo de época. Sus salones palaciegos son de gran belleza, y el hecho de que las mesas de cata estén dispuestas en torno a una gran chimenea encendida con vistas a las botas, convirtió esta degustación en un momento inolvidable de la nublada y helada jornada.
Nosotros hicimos una cata de como ocho vinos que si no recuerdo mal nos costó unos 60 rands. Los acompañamos de unas sopas (en mi caso de cebolla y trufa) que sentaron fenomenal teniendo en cuenta la climatología y la cantidad de vino probado. Como dato curioso, según cada producto de su menú te dicen qué vino marida mejor. En conjunto una gran experiencia aunque en cuanto a vinos fueron casualmente los que menos nos gustaron. Aún así merece muchísimo la pena.

Tranvía en los viñedos de Sudáfrica
Una iniciativa genial si quieres conocer varias bodegas y hacer catas sin que el conductor de tu coche de alquiler tenga que pringar, es tomar una de las líneas del Tranvía del Vino de Franschhoek, un tram clásico de color verde de dos plantas con distintos itinerarios y frecuencias que hace parada en casi todas las bodegas de su área.
El precio es de este particular hop on hop off es de 270 rands por persona (16 euros) o puedes directamente contratar una excursión de un día en tranvía con recogida desde Ciudad del Cabo si no tienes coche.

Paarl, la gran desconocida
La zona viticultora de Paarl es algo más pequeña que las anteriores, y está formada por unos 70 productores que desparraman sus viñas entre montañas y bosques arbolados. Nosotros no llegamos a visitar ninguna bodega de esta zona, pero te cuento que además de vino, tienen bastante prestigio sus cervezas artesanas y su brandy.

Constantia, la más antigua
Esta región vinícola se encuentra ubicada un poco más desplazada de las otras tres, pero precisamente es la más próxima a Ciudad del Cabo. De hecho, se encuentra entre la ciudad y el propio Cabo. En ella se instaló la primera granja vinícola de Sudáfrica por lo que es la zona viticultora más antigua del país.
Nosotros no tuvimos oportunidad de visitar ninguna bodega de este área, pero una gran recomendada es Groot Constantia y su Sauvignon Blanc. A pesar de esto sí que probamos esta DO en Sudáfrica, y nos gustaron los blancos de la bodega Klein Constantia.

Seas o no un amante del vino, esta excursión de un día desde Ciudad del Cabo para conocer las bodegas de vino de Sudáfrica es un planazo.