Todos decían que el tour de los fantasmas de Edimburgo era un imprescindible en la ciudad. Y no defraudó.
Si vais a visitar Edimburgo y queréis hacer un tour de los fantasmas como el mío, podéis reservarla aquí :D.
Índice del post
- 1 El origen celta de Halloween
- 2 Halloween en Edimburgo
- 3 Tour de los fantasmas de Edimburgo
- 3.1 1. Los closes de Edimburgo
- 3.2 2. La Iglesia de la Báscula… de los poltergeist y el niño gaitero
- 3.3 3. La mano de John Cheesley
- 3.4 4. El Lago de las miasmas malignas
- 3.5 5. Las brujas saben flotar
- 3.6 6. El puente maldito
- 3.7 7. Autorretrato de un muerto viviente
- 3.8 8. Ladrones de tumbas y asesinos a sueldo
- 3.9 9. Las tumbas sin nombre
- 3.10 10. Enterrando el pasado más tenebroso de Edimburgo
El origen celta de Halloween
El origen de la celebración de Halloween procede de la Fiesta Celta de Samhain, que celebraba el 31 de octubre el último día de la cosecha anual, haciendo un balance de las pérdidas y las ganancias de los últimos doce meses, incluyendo no sólo frutos, sino también familiares ganados y perdidos, estrechándose esa noche la línea entre la vida y la muerte. Más tarde esta costumbre evolucionó al nombre de «All Hallow’s Eve» (Víspera de Todos los Santos) que terminó derivando en «Halloween».
Los escoceses provienen de la tradición celta. De los druidas, las pociones y los ungüentos, de la conexión con el más allá. Estas costumbres paganas fueron muy mal vistas por los cristianos, quienes los atacaron duramente con graves acusaciones: brujería, aquelarres, magia negra… elementos que crearon disputa en el misticismo de Escocia.
Halloween en Edimburgo
A esto hay que sumarle que en la Edimburgo de los siglos XV a XVIII la muerte estaba a la orden del día. Ante la insuficiencia de explicaciones científicas para tales fenómenos en masa nació una tradición oral de leyendas, religión, fantasmas y superstición que se mantiene hoy día.
Para celebrar Halloween en Edimburgo os cuento os invito a la Ruta de los Fantasmas de Escocia.

Tour de los fantasmas de Edimburgo
Tour de los fantasmas de Edimburgo
1. Los closes de Edimburgo
Los closes son pequeños callejones construidos en el siglo XVI a un lado y otro de la Royal Mile que eran cerrados por las noches para atesorar la ciudad durante las guerras. Llegó a tener 400 closes, de los que aún se conservan unos 60. Dejaba a Edimburgo en poco más de un kilómetro cuadrado para 50.000 personas; las historias dentro de los mismos son sobrecogedoras, ya que en ellos se acumulaban cientos de personas del peor linaje cada atardecer.

Fleshmarket Close en Edimburgo
Una de las tragedias más sonadas fue un incendió que se declaró en uno de los closes y que duró cuatro días, con una cantidad elevadísima de muertes. Desde entonces, es común que al pasar por los closes te caigan gotas de agua. Dicen que son los fantasmas buenos que no quieren que te quemes.
2. La Iglesia de la Báscula… de los poltergeist y el niño gaitero
Esta iglesia de la Royal Mile que acoge hoy día un mercado de artesanía ha sido catalogada como uno de los puntos de Europa con más fenómenos poltergeist registrados. Esta historia es de las más desgarradoras del tour de los fantasmas.

Iglesia de la Báscula – Edimburgo
Cuando la ciudad quedó acotada en tan poco espacio por los closes, la población siguió creciendo, por lo que se vieron obligados a construir hacia arriba… y hacia abajo, rellenando la ciudad de rascacielos pero también de rascainfiernos.
Entre los pasadizos del subsuelo había uno que unía el castillo con el monasterio de Holyrood. Para hacer un mapa de los subterráneos, cogieron a un niño gaitero mendigo y lo llevaron a las galerías para que fuese andando tocando la gaita mientras seguían desde arriba el recorrido de la música. A la altura de la Iglesia de la Báscula dejó de oírsele y nunca más se supo de él.
Hay quien dice que por la noche aún se puede escuchar una gaita sin que ningún músico ande cerca, e incluso los huéspedes del próximo hotel Radisson se han quejado en numerosas ocasiones de unas canciones a altas horas de la madrugada que no parecen provenir de ningún local conocido.
3. La mano de John Cheesley
John Cheesley era un hombre que quería divorciarse pero no estaba conforme con la sentencia que acordaba la pensión que debía pasarle a su esposa estimada por el juez, así que lo mató. Como condena, le cortaron el brazo con el que empuñó el arma y lo ataron a una cruz por la noche para que se desangrase. A la mañana siguiente, el cuerpo había desaparecido y dicen que desde entonces atormenta a los criminales de la ciudad.
En los años 70 encontraron su cuerpo… no así su brazo. Se dice que si no tienes la conciencia muy tranquila, al pasear por el centro de Edimburgo puede que notes que alguien te roza y sea la mano de John Cheesley.

Paseando por la Royal Mile de Edimburgo
4. El Lago de las miasmas malignas
En el Lago del Norte crearon una fosa para protegerse de los invasores y en ella se lanzaba la basura de la ciudad. Inexplicablemente, al no haber lavaderos intramuros, éste era precisamente el lugar al que las señoras iban a lavar sus ropas. Se cuenta que todo el que se trasladaba allí volvía poseído, hablando la lengua del demonio, hasta el punto de ser necesarios algunos exorcismos.
Con el tiempo se ha demostrado que lo seguramente ocurriese es que estas señoras retornasen de allí colocadas por los gases emitidos de la descomposición de la inmundicia, como el etanol.

Ropa tendida en Edimburgo
5. Las brujas saben flotar
Al lago se arrojaban además a los que se tenían por brujos, atados de pies y manos. Si se hundían y morían, significaba que dios los había acogido en su gloria; si por el contrario flotaban, era la mano del demonio la que había tirado de ellos hacia arriba. Esto que parece obvio no lo es tanto, ya que por los ropajes anchos era común que se formasen bolsas de aire y flotase más de uno y más de dos. Las torturas a posteriori eran tan extremas que los acusados llegaban a introducirse piedras pesadas en los bolsillos para no flotar. El lago está lleno de ánimas, cuidado si te encuentras con alguna en el tour de los fantasmas.
6. El puente maldito
Cuando se creó la ciudad nueva de Edimburgo, construyeron un puente para unirla con el casco antiguo, pero se hundió y murió mucha gente. Lo arreglaron pero todos decían que estaba maldito, y ya nadie quería cruzarlo. Por ello tomaron la decisión de construir un nuevo puente: el que hoy conocemos como Nord Bridge. Para demostrar que no había ningún maleficio sobre el mismo, acordaron que si era capaz de cruzarlo la señora más longeva de la ciudad, cualquiera podría atravesarlo, con la mala fortuna de que la noche antes de la inauguración la anciana murió de forma «natural». Ante la problemática que esto ocasionaba, decidieron montarla en una silla de ruedas y pasar el puente con el cadáver. A medio camino, la silla tropezó accidentalmente y el cuerpo cayó al suelo, ante el estupor del público que pensaba que se acaba de morir. ¿Eres capaz de atravesarlo? Te advierto que si haces el tour de los fantasmas no te queda otra.

Nord Bridge de Edimburgo
7. Autorretrato de un muerto viviente
En el cementerio del Old Carlton se encuentra la tumba de David Alan, un retratista en cuya lápida se ha ido dibujando con las manchas de humedad precisamente el retrato de una cara atormentada. Un estudio posterior ha demostrado que se le enterró vivo, así que se piensa que la cara en su tumba es su última y macabra obra, un autorretrato.
De hecho, por fenómenos como la catalepsia, era frecuente enterrar a mucha gente que resultaba estar viva, lo que llevó a atarle a los muertos antes de enterrarlos una campanita para poder oír su movimiento si se «despertaban». De ahí nació la expresión «salvado por la campana».
8. Ladrones de tumbas y asesinos a sueldo
A los criminales escoceses los mataban pero no merecían ser enterrados en el Camposanto, por lo que muchos de sus cuerpos eran donados a la medicina.
A principio del siglo XIX se derogó la Ley de Disecciones, lo que lejos de acabar con la experimentación, hizo primero que naciesen los ladrones de tumbas (mal llamados «resucitadores» pues más de una vez sacaban a alguno vivo), y tras ser éstas protegidas con hierros (algunas se pueden ver tal que así en los cementerios aunque muchos fueron fundidos para hacer armas en la Guerra Mundial) a que se crease un mercado negro más negro si cabe, de cadáveres, llegando a aparecer asesinos a sueldo contratados por médicos y científicos, como el caso de dos inmigrantes hoteleros que formaron un negocio de muerte en su alojamiento vendiendo los cadáveres de sus huéspedes por siete chelines el cuerpo.

Cementerio de Edimburgo
9. Las tumbas sin nombre
Como decíamos, cuando se derogó la Ley de Disecciones ya si que se comenzó a enterrar a los criminales, pero en su lápida sólo están escritas las iniciales de su sepulturero. Son conocidas como las tumbas «sin nombre» y pueden verse en los distintos cementerios de la ciudad. Una de las mejores cosas del tour de los fantasmas es poder visitar algunos de estos particulares cementerios plagados de cruces celtas.

Tumba Sin Nombre en Edimburgo
10. Enterrando el pasado más tenebroso de Edimburgo
En la Royal Mile, si vamos caminando atentos, podemos encontrar un octógono en el suelo con una cerradura. Ésta significa el cierre con el pasado de tortura y la brujería, el entierro y punto final a un pasado lleno de desgracias y terror, como forma de liberarse y poder empezar de cero.

Cerradura en el suelo de la Royal Mile de Edimburgo
Muchos descansan más tranquilos ahora que parece que la cara más oscura de Edimburgo ha sido sellada para siempre. Pero aún queda algo en el tintero, ¿en manos de quién y dónde está su llave?. ¡Feliz Halloween!
Durante mi visita a Edimburgo me alojé en este maravilloso hotel. Si quieres reservar el tour de los fantasmas puedes hacerlo aquí.
6 Comentarios
Hola! Nos gustaría ir a algún sitio chulo por Halloween, ya que aquí nada de nada….
A ti qué te gusta nos recomiendas Edimburgo o mejor Dublín? Vamos con un niño que también le encanta!
Gracias por tu ayuda
Hola Gema, mira que me gusta Irlanda y que he pasado allí Halloween y sé que se lo montan bien… pero yo elegiría Edimburgo. Es una ciudad más fantasmagórica que Dublín y además se recrea muchísimo en todo el tema de la brujería y demás por lo que ahora tiene que ser una pasada. Además, si no conoces ninguna de las dos, a mí me parece mil veces más bonita la capital escocesa.
Buenísimo, o mejor dicho aterrador. Desde luego no conozco otra ciudad en el mundo como Edimburgo que se preste a las historias de miedo… Yo también visité los callejones y el Mary King´s Close con el fantasma de la niña y los que murieron allí daba muuucho cague. También fui al cementerio encantado de Greyfriars, donde hay todo tipo de leyendas de apariciones, incluso la de un perro fantasma 😉
Un abrazo
Hola Patri. Antes de ir sabía que Edimburgo era una de tus ciudades favoritas, no sólo de miedo, sino en general… después de haber visto su encanto y su misterio te entiendo perfectamente. Edimburgo es espectacular :O.
[…] quieres leer historias de miedo ambientadas en Escocia sigue este […]
[…] dedicaremos por completo a Edimburgo, pasear la Royal Mile, hacer alguna ruta fantasmagórica, subir a sus miradores, entrar a su […]