El Pavilhâo Chinés o Pabellón Chino es, junto con Pensão Amor, uno de los sitios más especiales que he encontrado en Lisboa. No sé bien ni qué escribir de él. Empezaré por decir que está situado en el número 89 de la Rua Dom Pedro V.
Visitando el Pabellón Chino de Lisboa…
Lo que comenzó hace un siglo como una tienda de productos exclusivos de importación, ha degenerado en el mejor de los sentidos en un museo con miles de piezas de los siglos XVIII al XX con una clara inspiración de los años 20.
Situado en la zona de marcha, Bairro Alto, este pub no es un local cualquiera y eso uno lo nota en sus cinco estancias: esculturas, techos llenos de pequeñas maquetas de aviones, dependencias con vitrinas repletas de figuritas, de cerámicas… y todo con un embaucador halo de misterio.
Este café-bar lleva abierto más de 25 años y se caracteriza por sus luces bajas, sus paredes rojizas, los distintos grupos de personas que susurran a tu alrededor y un ambiente un tanto asiático.
Muchos espejos, muchos soldaditos de plomo, muchas cosas y a la vez tan difícil de describir. Hay tantas cosas que llega a ser agobiante porque no sabes a dónde mirar antes, una pura y dura exaltación del «horror vacui«, el miedo al vacío reflejado en el arte.
El culpable de esta magia es el coleccionista Luis Pinto Cohelo. Ha llenado las estancias con juguetes, mapas, y mil cosas más para el disfrute de los asistentes del Pabellón Chino.
¿Santo y seña para entrar?
A pesar de que había leído que para pasar era necesario llamar al timbre y que el camarero te abriese tengo que confesar que al menos durante mi visita encontré la puerta abierta, por lo que este enigmático detalle no se produjo.
Para terminar, decir que aunque el sitio es un poco caro; aunque sin duda merece la pena al menos pedirse una cerveza o echarse un billar en el último de sus salones. Es de estos lugares que tienen un no se qué.
1 Comentario
[…] Descubrí la noche más intensa en Pensão Amor, un antiguo burdel hoy local de copas, y en el pub casi museo de antigüedades que hay instalado en el Pabellón Chino: […]