La zona ártica del país escandinavo es una de las mejores áreas de Europa para practicar deportes de nieve. Más allá del esquí o el snowboard, hoy quiero mostrarte varios planes tradicionales para disfrutar del frío y el hielo sin morir congelado. Anota estas ideas que hacer en la Laponia Noruega si tienes pensado visitarla este año.
Para los que buscan conocer el norte de Noruega, un gran desconocido, te dejo aquí mi ruta por Alta – Kaukoteino – Karasjok. Sin duda un viaje inolvidable.
Los 7 mejores planes de nieve en la Laponia Noruega
Muchos conocen la Laponia de Finlandia (donde habita Papá Noel). Pero Suecia y Noruega también tienen dentro de su territorio un buen trozo de Laponia en su zona septentrional, en el Círculo Polar Ártico. Es una zona para aventureros y exploradores, con un puñado de planes interesantes:
1. Dormir en un hotel hecho totalmente de hielo
Si te va la marcha y eres poco friolero, te recomiendo que te alojes en este hotel construido enteramente en hielo. ¿A quién no le gusta dormir sobre un somier bien fresquito? La experiencia es cuánto menos, diferente.
Cuando yo lo visité me pareció increíble, especialmente porque lo construyen cada invierno para después dejarlo morir derretido cual Olaf en Frozen al llegar la primavera.
Dicen que para no congelarte lo mejor es paradójicamente ¡Dormir desnudo! Si te he convencido puedes echar un ojo a los precios aquí.
Una vez te hayas levantado, con la piel bien tersa por las bajas temperaturas, atrévete con a seguir con estas otras actividades originales que hacer en la Laponia Noruega.
Y no olvides antes de hacer este tipo de actividades contratar un buen seguro que incluya deportes de nieve, yo siempre reservo con Iati. Esta póliza lleva incluidas estas actividades de invierno y la tienes con descuento.
2. Pasear con raquetas de nieve
Para creerte el Big Foot nada mejor que calzarte unas buenas raquetas de nieve y salir a pasear. Aunque no son nada cansadas de llevar, lo cierto es que cuesta un poco al principio acostumbrarse a caminar con ellas puestas. Yo me sentía como el Pato Donald hasta que les pillé el truco y cogí velocidad de crucero.
Además, los guías en estos recorridos suelen ser muy divertidos, y van contándote curiosidades por el camino, te enseñan a encontrar líquenes bajo la nieve (manjar de dioses para los renos) e incluso a ver trolls en las rocas y glaciares.
Puedes reservar aquí tu excursión en raquetas de nieve desde Alta por el Valle de Gargia hasta la cascada ártica totalmente congelada de Orvvvosfossen.
3. Ruta en fat bike (bici de nieve)
Reconozco que en determinados tramos las pasé canutas, y es que para realizar esta actividad no es que se requiera mucha forma física, pero lo suyo es no ser muy torpe. (Llegó mi momento de reconocer que no soy muy ducha en los deportes).
Las fat bike son una bicis estilo montaña con la rueda súper gorda, preparadas para hacer rutas sobre nieve (evidentemente en senderos no sobre nieve virgen). Es muy divertido y la sauna con cerveza después del esfuerzo es bastante reconstituyente. Sin embargo, conlleva un cierto esfuerzo y requiere concentración y equilibrio porque es fácil volcar si te sales del camino (aunque caes en nieve blandita, pero al final algún moretón te sale).
Hicimos un alto en el camino para tomar café y tarta y coger un poco de aliento y fue una experiencia muy divertida que repetiría pese a lo pava que soy.
Nosotros hicimos la actividad con esta empresa.
4. Pescar en hielo como en las películas
Sé que los esquimales no son noruegos (aquí el grupo étnico imperante son los sami), pero así me sentí yo pescando en hielo por primera vez.
La actividad es tal cual la vemos en las películas: con una perforadora a mano abrimos un diminuto pero profundo agujero en la nieve en la zona donde sabemos (o mejor dicho saben) que hay un lago congelado hasta que llegamos al agua líquida, y a partir de ahí, a esperar caña en mano a que obre el milagro. Da un poco de impresión pensar ¿Y si se empieza a agrietar esto y caemos todos al agua? Lo cierto es que de la mano de un experto que nos indique el punto no hay que temer puesto que hay una capa de más de un metro de hielo sobre el agua.
En la zona de la Laponia Noruega el pez de agua dulce más común es la trucha ártica, y no es difícil conseguir pescar alguna. Después, se hace una hoguera allí mismo en un agujero en la nieve y se cocinan para comerlas recién pilladas mientras descansas con algo calentito en una manta sobre el hielo. Aquí probé también una especie de carne de alce seca bastante curiosa, típico snack sami.
5. Carrera en trineo
Entre las cosas que hacer en la Laponia Noruega entrará en algún momento montar en trineo, ya sea impulsado por animales, o si esta idea no va contigo, pues mecánicamente, que lo probamos y es súper gracioso también.
Para los sami es normal trasladarse en trineo tirado por renos (son su animal de pastoreo por excelencia) o perros. A nosotros nos contaron que los perros tienen muchísima energía y que disfrutan del subidón de adrenalina al correr, pero de todas formas yo no me monté.
Si quieres probar un trineo pero mantenerte al margen de renos y perros, nosotros nos desplazamos en trineo «tirado» por una moto de nieve y lo pasamos chachi.
6. Aprender de la cultura sami
Ya he adelantado que los samis son el pueblo genuino de esta zona de la Laponia Noruega. Aunque lógicamente a lo largo de la historia han ido adaptándose cada vez más a las modernizaciones imperantes, aún siguen llevando a cabo tareas y tradiciones propias de la cultura sami.
Nosotros pasamos una tarde con ellos y practicamos distintos deportes, para terminar cenando platos típicos como alce guisado dentro de un lavvu (la cabaña tipo tipi de los samis).
Si tú también quieres vivir esta experiencia (ya te aviso que vas a terminar cantando leyendas árticas en un idioma indescifrable mientras te calientas en el fuego) puedes reservar la actividad aquí.
7. Locura en moto de nieve
Mi actividad favorita que hacer en la Laponia Noruega sin duda es montar en moto de nieve. Nunca me habían llamado la atención las motos acuáticas o de nieve (ni las normales, la verdad). Pensaba que para mí iba a ser una propuesta sin más. Sin embargo terminé flipada. Una maravilla.
Hicimos un tour de varias horas con dos guías que velaron por nuestra seguridad (aunque cada uno iba conduciendo su propia moto). Eso de llegar a casi cien por hora sobre un manto blanco infinito, sin nadie más a la vista, es una de las sensaciones más placenteras y de libertad que he experimentado en mi vida.
La excursión incluía parada técnica con candela para entrar en calor y tomar un bocadillito con café y un artic banana, un plátano cocinado al fuego con chocolate dentro… delicioso. Puedes reservar aquí.
¿Se te ocurren más ideas chulas que hacer en la Laponia Noruega?
Antes de dirigirte al destino te recomiendo que eches siempre un vistazo a su web para estar al tanto de las últimas novedades: climatología (útil para ver las auroras boreales), exposiciones, actividades, gastronomía… cien por cien actualizadas.
Por cierto, seguramente hagas escala en la capital para poder llegar al Ártico, así que aquí te dejo mi guía con los imprescindibles que ver en Oslo.
En cuanto a alojamiento, yo dormí también en este hotel en Alta, este en Karasjok y este en Kaukoteino. Aunque ninguno será nunca tan chulo como el hotel de hielo.