Últimamente me he dado cuenta de una cosa, me gustan las excursiones a los lagos. El norte de Italia está plagado de ellos, desde el famosísimo Lago di Como, al sugerente Lago di Garda, pasando por los de Dolomitas, que son ya otro nivel. Todos tienen un toque diferente que los hace únicos. Hoy, con la siguiente ruta te animo a que visites el Verbano, más conocido como el «Mayor», con sus preciosas Islas Borromeas. No en vano Montesquieu lo definió como «uno de los lugares más bellos del mundo«. Apunta todo lo que ver en el Lago Maggiore.

Yo hice mi escapada por libre con coche de alquiler, pero si no te apetece conducir y estás buscando cómo ir al Lago Maggiore desde Milán, te sugiero que reserves este viaje programado.

El Lago Mayor no es el más grande de Italia
Antes de comenzar quiero lanzaros una contradicción. El Mayor en realidad es el segundo mayor. Unas primeras mediciones hicieron creer que el Lago Maggiore era el más grande, pero una vez se hicieron las comprobaciones precisas resultó que el Garda tenía dimensiones superiores. ¿Cómo te quedas? Vaya fail.
Qué ver en el Lago Maggiore en 1 o 2 días
El Lago Maggiore, que nació después de la última glaciación, se encuentra ubicado en la región alpina, entre Italia (80%) y Suiza (20%).
Es uno de los enclaves italianos preferidos para las grandes familias nobiliarias de Lombardía, lo que se hace patente en sus distintos palacetes y suntuosas viviendas. En las orillas del lago aún se respira la Belle Époque.


El itinerario que propongo es este: Ermita de Santa Caterina del Sasso – ferry hasta la isla más lejana, la Isola Madre – ferry hasta la Isola dei Pescatori – ferry hasta la Isola Bella – ferry hasta Stresa – ferry hasta Santa Caterina del Sasso. Después se hace noche en Laveno (con sorpresa) y al día siguiente se visita Angera y Arona. En el siguiente mapa puedes apreciar mejor las distancias.
Mapa del Lago Maggiore y las visitas de interés
Ermita de Santa Caterina del Sasso
Nada más empezar la ruta nos detenemos en un lugar increíble: una ermita mirando al lago y colgando del acantilado rocoso desde el siglo XII. Una de las cosas más bonitas que ver en el Lago Maggiore.
Para llegar a la ermita desde los aparcamientos puede usarse una escalinata de piedra donde ir admirando el lago, o tomar un particular ascensor de 55 metros de altura construido en el interior de un pozo (1 euro). La visita es gratuita.
La historia de la Ermita de Santa Caterina del Sasso se remonta a un comerciante que estaba navegando en el Lago Maggiore y fue sorprendido por una tormenta, naufragando su barco. El mercader logró sobrevivir y llegó hasta este punto donde decidió entregarse a la Virgen Santa Catalina de Alejandría y dedicarse a la vida ascética, construyendo esta ermita y posterior monasterio.

La estampa más bonita se obtiene desde la arcada que antecede a la iglesia (particularmente por la tarde, así que podrás tomar fotos también a la vuelta, con mejor luz). El templo está lleno de frescos y al fondo se encuentra la capilla originaria; también contiene el cuerpo momificado del comerciante, Alberto Besozzi.

Desde el muelle de la propia ermita parten ferries a las islas del interior del lago, haciendo varias paradas. El precio por un ticket para coger todos los tramos que se deseen en un día es de unos 20 euros.
Islas Borromeas
El archipiélago de las Islas Borromeas está compuesto por la Isla Madre, la Isla de los Pescadores y la Isla Bella, tres joyas a cada cuál más bonita. Que no te confunda el nombre de la última, es difícil decidir la más hermosa de las tres. Por algo este lugar fue uno de los escondites favoritos de Hemingway (tuvo tiempo para todo, no creáis que solo estuvo en La Habana) y también lugar predilecto de recreo de la Familia Real Británica.

El nombre procede de la Familia Borromeo, de Florencia, que adquirió las islas en el siglo XIV y las plagaron de jardines acompañados de palacios.
Las Islas Madre y Bella continúan perteneciendo a los Borromeo (se las conoce como Islas Hermanas), y necesitas adquirir una entrada para visitarlas. Existe un ticket combinado que permite explorarlas y lleva añadida la entrada a La Roca de Angera.
Isola Madre
Los jardines de estilo inglés de la Isla Madre quitan el hipo. Infinidad de especies florales se funden con las aguas en un manto multicolor. A esto hay que añadirle la fauna que habita en la isla, destacando los pavos reales albinos.

Para terminar la visita, pasa a su palacio, cuya entrada está presidida por un ciprés antiquísimo. Genial.

Isola dei Pescatori
La Isla de los Pescadores o Isla Superior es la única que se encuentra habitada, aunque apenas viven en ella 50 personas. Tiene que molar pasar la noche allí con la isla para ti.

Situada frente a Stresa, la Isla de los Pescadores está repleta de puestecitos de artesanía en su mercadillo y de pequeños restaurantes con vistas que sirven pescados del lago. Por ello es un buen lugar para parar a almorzar, nosotros comimos trucha en uno llamado La Rondine que no estaba nada mal.

En verano, los pescadores sacan de procesión a la Virgen de la Asunción alrededor de la isla, dicen que es un espectáculo muy llamativo.
Isola Bella
Si es cierto que es bien bonita, recibe esta denominación por una de las mujeres de la familia, Isabella, esposa de Carlo III de Borromeo.

En la Isla Bella se encuentra ubicado el Palacio Borromeo, imponente, con unas zonas ajardinadas impresionantes y repletas de flores (todo esto en varios niveles), y en el interior: salones que recuerdan la grandeza y el poder adquisitivo de esta familia; de hecho, muchos expertos en arte decorativa lo consideran demasiado recargado y ostentoso para la época. Por sus dormitorios han pasado desde Napoleón Bonaparte a Mussolini.

Stresa
Dejando ya de un lado las islas, volvemos a tierra firme a conocer Stresa, conocida por ser uno de los mayores exponentes del estilo Liberty en el Modernismo, cosa palpable a simple vista en su majestuosa arquitectura.
Es un pueblo pequeño pero elegante, un tanto turístico pero con encanto. Tiene placitas con restaurantes y cafeterías y muchas tiendas con productos típicos, etc.

Laveno
Aquí es donde nosotros decidimos pasar la noche. Nos alojamos en el hotel Il Porticiolo (puedes reservar aquí) y cenamos viendo atardecer sobre el lago en su restaurante con estrella Michelín, La Tavola. Una experiencia increíble tanto visual como culinariamente hablando que me regaló Alberto por mi cumpleaños. Velada muy romántica.

El pueblo de Laveno se ve en un paseo rápido, pero lo mejor que tiene sin duda es su teleférico. Asciende muchísimo y las vistas al Lago Mayor y a las islas son sencillamente brutales. Aunque eso sí, no es apto para personas con vértigo. Cada trayecto dura casi 20 minutos, y vas montado de pie, en una especie de cesta para dos personas que solo llega hasta la cintura y que da un poquillo de miedo, la verdad jaja. Nosotros aprovechamos para desayunar en la cafetería de arriba del todo.

Angera
La población de Angera es famosa por su «Roca», una fortaleza situada sobre un promontorio que en la actualidad acoge diversas exposiciones y que brinda unas vistas espectaculares al lago (la entrada va incluida en el pack de las islas que comentaba y se puede visitar en otro día no hace falta que sea el mismo).

Cuando yo la visité justamente tenía lugar una exhibición aérea militar y no pudimos tener ubicación mejor para divisar los aviones, fue increíble.

Arona
Dicen que es de las villas más bellas del lago, nosotros tuvimos que conformarnos en esta ocasión con divisarla desde la orilla de enfrente, en Angera, pero habrá que volver para recorrerla porque parecía bastante pintoresca.

Y hasta aquí mi ruta por el Lago Maggiore, una zona muy bonita de Italia y no tan masificada como otras áreas más turísticas.
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