Ubud es el corazón de la Isla de los Dioses y el centro espiritual de Bali. Repleto de templos y rodeado de naturaleza, sin duda es mi lugar preferido de la isla y casi que de Indonesia. En sí la localidad es pequeñita, pero tiene muchísimo encanto y hay tantas cosas que ver en Ubud y tanta cafetería mona que a uno le apetece quedarse a pasar una temporada. ¿Quieres saber lo que no te puedes perder en Ubud? Pues te cuento mis favoritos.
Cómo llegar a Ubud: si has aterrizado en el aeropuerto internacional de Denpasar, en el sur de Bali, llegar hasta Ubud te llevará en torno a una hora. Puedes reservar un transfer de antemano, pillar un Grab, u optar por los taxis que hay a la salida. A nosotros nos llevó un señor de lo más agradable que conocimos al llegar y que se convirtió en nuestro chófer el resto del tiempo en Bali. Os dejo su Whatsapp aquí.
Para dormir en Ubud elegimos este hotelito balinés tan coqueto que es un verdadero oasis de calma en la ciudad. Son muy detallistas y tiene una piscina muy bonita, además de desayuno incluido. Está a un paso andando de todas las atracciones que ver en Ubud.
La moneda en Indonesia es la rupia. Para hacer pagos en Ubud utilizamos prácticamente todo el tiempo mi tarjeta recargable de Revolut. Creo que es la más cómoda para viajar porque no aplica comisiones y ves cuánto te han cobrado en euros sobre la marcha.
Lugares imprescindibles que visitar en Ubud
Ubud tiene de todo un poco: un santuario con monos, muchos templos preciosos, restaurantes para todos los gustos, tiendas de artesanía y hasta arrozales sin tener que ir demasiado lejos. Es un lugar al que merece la pena dedicar al menos tres días, pero como decía, no me importaría mudarme algunos meses para vivirla con calma. Los monumentos y sitios principales que ver en Ubud son:
Pura Taman Saraswati
Este es uno de los templos hinduistas más bonitos que visitar en Ubud. Está dedicado a la diosa Saraswati, del conocimiento y las artes. La composición de este vergel donde las construcciones parecen emerger de su gran estanque repleto de peces y las grandes protagonistas, las flores de loto, lo convierten en un lugar muy especial y bello del centro de la ciudad.
La entrada es gratuita.
Palacio Real de Ubud (Puri Saren Agung)
El Palacio Real es un sitio de paso obligado porque se encuentra en una de las calles principales de Ubud. A pesar de que en gran parte está reconstruido pues fue asolado por un terremoto en 1917 es un imprescindible que ver en Ubud ya que es un ejemplo perfecto de arquitectura balinesa.
La familia real lo habita en la actualidad por lo que solo se pueden ver algunas áreas, así que es una visita cortita pero interesante, además de gratis. Está abierto de 07:00 a 17:00 horas.
Campuhan Ridge Walk (Sendero de los arrozales)
Visitar arrozales sin salir de Ubud es posible gracias al sendero de Campuhan, también conocido como «el de la palmera» por uno de estos árboles que se erige en solitario en el camino.
La caminata dura unas dos horas ida y vuelta (aunque se puede retornar en taxi) y recomiendo hacerla lo más temprano posible porque aunque no es nada dura, unos 4 kilómetros y más o menos llano, sí que tiene muy poca sombra y cuando el sol aprieta va pesando.
Los campos de arroz por los que se pasa no son tan espectaculares como Tegallalang pero sí que son bastante auténticos, y eso que la ruta se ha hecho bastante conocida en los últimos años. El paseo es súper agradable y la aconsejo absolutamente.
Como referencia, el comienzo del sendero parte de las Ibah Villas, junto al templo Pura Gunung Lebah, y termina en el Karsa Spa & Café.
Si quieres hacer una ruta similar algo más desconocida, es muy recomendable también la llamada Sari Organic Walk, junto al Templo Pura Dalem Ubud.
Monkey Forest, el Bosque de los Monos
El Monkey Forest es un santuario y hábitat natural del macaco balinés de cola larga (o como lo llamaría Pee nuestro guía de los orangutanes en Borneo, el «mono cabrón»). Este trozo de jungla se ubica en el centro de Ubud y es un lugar de estos mágicos en los que arquitectura y naturaleza se funden en uno solo. De la roca salen lianas, de los estanques brotan esculturas y entre las ramas aparecen templos y cementerios.
En él habitan cientos de monos divertidísimos haciendo el mono. Que si salto al estanque de agua, que si persigo una rana, que si despiojo al vecino… te puedes pasar la mañana observándolos y no te aburres.
Me gustó más que el Templo de Uluwatu porque en él los monos me parecieron más agresivos, de hecho allí uno intentó robarme el móvil, por suerte lo tenía con cuerda colgada al cuello y tras un forcejeo (enseñándome los dientes incluido) lo soltó. En cualquier caso el consejo aquí también es no interactuar con ellos y no llevar cosas «apetecibles» a la vista.
La entrada es de pago (80.000 rupias) y hay varios accesos. El horario es de 09:00 a 17:00 horas.
Curso de cocina balinesa en Ubud
Cuando visitamos Tailandia hicimos un curso de cocina tailandesa y nos encantó, así que tuvimos claro que en Bali queríamos repetir. Encontramos este taller con súper buenas valoraciones y no lo dudamos.
Ellos te recogen del alojamiento, te llevan al mercado para que conozcas los productos con los que vas a cocinar y después te acercan a su casa, donde te reciben con un té helado y una visita al templo familiar. La casa es maravillosa, típicamente balinesa y bastante lujosa.
El curso de cocina balinesa está genial. La cocinera es divertidísima y lo va explicando todo para cocinar en grupo un montón de platos y después preparar un gran buffet donde cada uno se sirve un poco de todo. Al final te dan un libro con las recetas y te devuelven a tu alojamiento. Todo estaba espectacularmente rico, no exagero si digo que fue uno de los días que mejor comimos del viaje a Indonesia y fue una de las mejores cosas que hacer en Ubud. Hiperrecomendable, os dejo foto del resultado con todo lo que cocinamos:
Mercados y compras en Bali
En Ubud hay varios mercadillos si eres un amante de las compras. Nosotras como comentaba visitamos un mercado local de frutas y verduras antes del taller de cocina y fue una parada interesante. Pero el mercado más popular de Ubud es el Art Market, dedicado a la artesanía y repleto de souvenirs, siempre lleno de turistas.
En Indonesia es muy tradicional la técnica del batik, un tintado en textil que usa cera para dejar áreas sin pintar y así crear dibujos. En las tiendas y puestos de Ubud se pueden conseguir camisas, trozos de tela, bolsos, etc. elaboradas siguiendo esta versión tan particular del tie-dye. Hay cosas a mano preciosas. Si te interesa puedes hacer un taller de batik y aprender por ti mismo.
Goa Gajah, la Cueva Elefante
Este templo situado muy cerca de Ubud (puedes ir en Grab si no tienes moto), es famoso por su cueva tallada en la roca, a la que se accede tras atravesar la boca de una criatura monstruosa. Se cree que fue utilizado como santuario por los sacerdotes hindúes que la crearon en el siglo X. Lo curioso es que se han encontrado reliquias budistas de varios siglos antes.
Al contrario de lo que pueda parecer, el demonio de la entrada está ideado para espantar a los malos espíritus. El túnel tiene forma de T y al fondo cuenta con un altar con erosionadas esculturas de Ganesh, Ratu Brayut y Ratu Jempinis. Un sitio muy curioso.
La entrada al templo cuesta 15.000 rupias y está abierto de 08:00 a 16:00 horas.
Darse un masaje balinés
Por último, otra de las mejores cosas que hacer en Ubud es darse un masaje balinés, con los que mediante técnicas de presión (el masajista puede usar hasta sus rodillas) te llevan a una relajación total. Son súper económicos y nosotras nos dimos varios a lo largo del viaje y la verdad es que sales nueva, puedes reservar tu sesión aquí. Y por qué no, complementarlo con una clase de yoga.
Y hasta aquí mis imprescindibles que ver en Ubud y alrededores. Muy pronto os contaré los mejores lugares donde comer y las mejores excursiones que hacer.
2 Comentarios
Hola!. Pagabais con la tarjeta virtual o la física. Fuisteis al volcán?, cómo os movíais..en moto???
Gracias!
Hola! A mí en los viajes me gusta llevarme la física porque no en todos los países funciona el contactless aún. Nosotras nos movíamos como cuento con traslados privados porque no sabemos conducir moto y es un poco caótico.