Clisson, un pequeño pueblo francés situado en la zona de los Viñedos de Nantes, es una de las localidades más particulares que podemos encontrar en la región de Pays de la Loire. Una serie de circunstancias que ahora te cuento, la llevaron tras la Revolución Francesa a ser reconstruida de corte italiano, y eso la convierte en un municipio bretón que parece haber sido robado y transportado directamente desde la Toscana o Umbria. Te enseño los lugares principales que ver en Clisson.

Si te preguntas cómo llegar a Clisson, es uno de esos lugares que visitar cerca de Nantes, pues está a solo 30 minutos de la ciudad en coche o tren (y tiene muchísimas frecuencias de ida y vuelta) así que es muy cómodo.

Y para dormir en Clisson, te recomiendo muchísimo este hotelito junto al río Sévre que nosotros elegimos. Está caminando a unos pasos del centro y su terraza por las tardes se llena de ambientazo y cerveza artesana.

Por último, como recomendaciones donde comer en Clisson, te aconsejo el propio restaurante de nuestro hotel La Cascade, que mola mucho y los menús son asequibles, y el del Hotel Best Western, en pleno meollo y con vistazas (de este os hablo más abajo).

Un pelín de la historia de Clisson, ¿por qué se parece a Italia?
La «culpa» de que Clisson sea apodada como la italiana la tienen 3 personas: los hermanos Pierre y François Cacault (uno pintor y otro Embajador de Francia en Italia con una importante colección de arte en propiedad) y el escultor de Napoleón, François Fréderic Lemot. Los tres habían bebido del estilo artístico y arquitectónico del país de la bota por sus profesiones y quisieron impregnar a la localidad con su esencia.
Fueron ellos quienes a principios del siglo XIX tomaron un pueblo medieval arrasado por la guerra e imprimieron en él sus gustos italianos. Comenzaron poco a poco y se fue extendiendo el carácter hegemónicamente. Por sus similitudes con esta ciudad de Lazio, Clisson es la Tivoli sur Sévre.

Qué lugares hay que ver en Clisson en una jornada
Como ocurre en muchas de estas coquetas y pequeñas poblaciones, a veces lo mejor es simplemente caminar por ella para disfrutar de sus detalles. Pero en Clisson hay algunos sitios reseñables que ver:
El castillo de Clisson
Esta fortaleza comenzó a erigirse a principios del siglo XI y tuvo carácter tanto defensivo como residencial. En el siglo XV fue fortificado pero en el XVIII, el castillo y Clisson sufrieron importantes destrucciones, que lo llevaron al abandono. En 1805 fue adquirido por Fréderic Lemot junto con 14 hectáreas al otro lado del río en los que construyó unos jardines espectaculares, con elementos clásicos y referencias arquitectónicas de pueblos italianos.
Fue a partir de estos momentos cuando comenzó la remodelación de Clisson y se cambiaron las desvencijadas fachadas de granito y los viejos tejados de pizarra por ladrillos rojizos y vistosos, formando en conjunto una postal perfecta de cualquier pueblo del centro del país transalpino.
La visita a las actualmente ruinas del castillo es muy interesante, uno de los principales puntos que ver en Clisson; y la panorámica desde arriba resulta bastante apetecible. Me llamaron la atención los restos de distintas chimeneas en cada una de las plantas del castillo.

Jardines de Lemot
Estos jardines a los que hacíamos referencia anteriormente son un remanso de paz en la ya tranquila Clisson. Este bosque mediterráneo de pinos y cipreses fueron diseñador por Lemot fiel a su capricho italiano. Creó una estampa italiana ideal con el castillo medieval de Clisson como elemento clave del paisaje.
El centro del parque lo domina la Villa Lemot, de 1861 (no logró verla terminada pues falleció antes). Es neoclásica y a sus puertas se abre una alameda rodeada de esculturas clásicas de la mitología.
Otros elementos interesantes que visitar en Clisson en los jardines son el Templo de la Amistad y la Casa del Jardinero (1815), de estilo toscano.

Les Halles, el mercado cubierto que ver en Clisson
El mercado medieval de Clisson es uno de mis puntos preferidos que visitar. Se celebra cada viernes y se ubica en la Plaza del Minage. Este tipo de mercados de madera cubiertos de tiempo medievales son populares en el noroeste de Francia y me encantan. Me recordó al famosísimo de Questembert.

La Iglesia de Notre Dame
A pesar de ser relativamente reciente, pues data del siglo XIX, es bastante curiosa precisamente porque cuando se construyó el estilo italiano ya imperaba totalmente en la población así que se diseñó en neorrománico italiano, siguiendo la tendencia de Lemot. Se inspira en los planos de San Juan y San Pablo de Roma.

Las mejores vistas de Clisson
La fotografía más replicada de Clisson es la que se toma en el pequeño mirador que hay junto al Hotel Best Western de Clisson, donde puedes tomar un aperitivo o comer con unas vistas preciosas. Se llega bajando por Tire-Jarrets, cruzando el Puente del Valle, de piedra. El río, el castillo, la iglesia, es sin duda un conjunto mágico.

El Hellfest, EL festival de metal
Parece mentira que en este municipio tan pequeñísimo se forme una revolución total cada verano con la llegada del Hellfest, uno de los festivales de metal más reputados de todo el mundo, al que asisten artistas de la talla de Linkin Park, Metallica, Marilyn Manson…
Mi visita coincidió con el fin de semana anterior al festi y ya se respiraba todo el ambiente en los alrededores.

¿Os parecen pocos motivos para visitar Clisson? Pues aprovecha tu estancia para conocer una de las bodegas de los Viñedos de Nantes y probar el famoso Muscadet, un vino blanco seco que se remonta a la época romana. Nosotros elegimos Château du Coing y nos enamoramos de su entorno y de la perrita de la familia, Mistique.

Santé! (Salud).
2 Comentarios
Muy buena informacion, gracias. Por cierto, en diciembre hay un mercado navideño en el mercado de madera con puestos de artesanos y de comida tipica regional k merece la pena.
Anda pues me lo anoto con lo que me gusta a mí un mercado navideño!