Una de mis visitas favoritas cerca de París es el Palacio de Chantilly. Injustamente eclipsado por la popularidad de Versalles, o Fontainebleau, esta maravilla situada a tan solo una hora de París, pasa desapercibida para el visitante de la capital de Francia. Una pena… ¡O no! Ya que es un placer recorrerlo sin masificación. Las estancias de este castillo son una auténtica delicia, y no solo porque en él puedas probar la famosa crema Chantilly.

Excursión al Castillo de Chantilly desde París
El Château de Chantilly tiene orígenes medievales. Sin embargo, la arquitectura y estética que podemos apreciar en la actualidad es consecuencia de las labores de restauración en el siglo XIX de su propietario más importante: el Duque de Aumale, quien lo legó al Instituto de Francia. Dicen que fue entre sus paredes donde se gestó La Fronda de los nobles contra la Corona Francesa en el siglo XVII.
Dónde se encuentra el Palacio de Chantilly

Este castillo francés se sitúa en una población con la que comparte nombre, Chantilly. Esta se ubica al norte de París (a unos 55 kilómetros), concretamente entre la capital y el famoso aeropuerto de bajo coste de Beauvais.
Cómo llegar a Chantilly desde París

Desde la Estación del Norte de París salen trenes TER con bastante frecuencia que hacen parada en Chantilly (y viceversa). El trayecto apenas dura 20 minutos.

Por supuesto aprovecho para dejarte mi guía completa con todo lo que ver en París y planes distintos que realizar. La he visitado más de una docena de veces así que sé de lo que hablo.
Entrada para el Château

Ya que vas a reservarle el día para hacer esta excursión desde París, yo te recomiendo que por si acaso vayas ya con tu entrada al Palacio de Chantilly comprada. Puedes reservarla aquí.

Qué ver en el castillo con nombre de crema dulce
Te voy a contar ahora un poco de los puntos principales que ver en el Palacio de Chantilly, sobre todo los que más me gustaron, y también te voy de decir dónde puedes probar la famosa crema Chantilly:
Pinacoteca y biblioteca del Castillo de Chantilly
El Duque de Aumale ha sido reconocido como uno de los coleccionistas más relevantes de la historia, no solo por la cantidad de obras de arte que poseyó (y que se conservan en su palacio), sino también por la calidad de las mismas.

Chantilly cuenta con la segunda pinacoteca más importante de Francia en pintura clásica después del Louvre (solo puedo decir que de sus paredes cuelgan cuadros de Rafael, Delacroix o Ingres, entre otros).

Asimismo, tiene una de las bibliotecas más bonitas que he visto nunca (tan ordenada y colorida que casi parece papel pintado). De ella destacan sus incunables con más de diez siglos de antigüedad, especialmente es famosa la obra de Las muy ricas horas del Duque de Berry, de 1410.

Apartamentos del Palacio de Chantilly
En el interior del Palacio de Chantilly se pueden visitar también sus grandes apartamentos, amueblados de la época; he podido apreciar en fotografías que son una maravilla (especialmente el Salón de Monsieur Le Prince), pero no pude recorrerlos ya que lamentablemente cuando fui al castillo se encontraban cerrados al público porque estaban rodando en ellos una película.
Como curiosidad, comentar que en el Salón de los Ciervos (denominado así por el gusto por la caza, se dice que la familia poseía más de quinientos perros cazadores y uno de los más amplios para dar festines) podemos observar llamativos candelabros con forma de brazos que brotan de la pared. Dicen que estos sirvieron de inspiración para los candelabros de la película La Bella y la Bestia de 1946 de Cocteau y posteriormente Disney.

Capilla del château
En la capilla del castillo, en concreto en su parte posterior, podemos admirar algunas figuras de mármol negro, y en el centro una urna, donde se guardan los corazones de toda la familia del Duque de Aumale, habiendo sido el de su hijo el último en depositarse.

La famosa crema Chantilly
La crema Chantilly, esa especie de nata cremosa, azucarada y con un toque de vainilla, nació sin duda en el Castillo de Chantilly.
Muchos piensan que su creador fue Vatel, el primer “chef francés” de la historia, pero no es así. Quizás se le ha atribuido porque su muerte fue bastante escabrosa.
Se cuenta que Chantilly estaba dando en el siglo XVII un convite de reconciliación entre el Príncipe de Condé y Luis XIV, quien había sido invitado a palacio con toda su corte. Por problemas logísticos, la comanda de carne para el asado que François Vatel había encargado no llegó a tiempo, y él, preso de la frustración al ver su carrera truncada ante tal despropósito, decidió quitarse la vida. Sí, se suicidó porque no recibió el pedido del carnicero para el gran banquete. Eso es tomarse la profesión en serio.
Es tan carismática la figura de Vatel que como decía, muchos le atribuyen la creación de la crema Chantilly, sin embargo se ha demostrado que esta fue posterior al chef.

Por cierto, en el Palacio de Chantilly podemos ver también las maravillosas vajillas donde se servían los servicios de comida, e incluso se pueden aprender ciertas lecciones sobre el arte de la mesa en Francia en su cuna. Lógicamente, también puedes probar la deliciosa crema, ahora te cuento dónde.
Caballerizas del Castillo de Chantilly
El palacete también posee unas impactantes caballerizas y en su hipódromo se celebran importantes premios todavía.
En sí la estructura de las caballerizas es brutal, muy grandes y lujosas. Incluso puedes visitar su Museo del Caballo.

Jardines y entorno del castillo
Una vez terminado el recorrido por los interiores merece la pena pasear sus jardines, diseñados por Le Nôtre, de estilo francés, inglés y asiático. Rodea el mágico lago del que surge el château y conseguirás una de las vistas más bonitas.

Haumeau de Chantilly
No te vayas sin llegar hasta la Haumeau, un poblado tradicional a un corto paseo que se construyó para distracción de las señoras del castillo, donde podían realizar labores entretenidas en un ambiente «femenino» íntimo y altamente dado al cotilleo.
En la actualidad en una de las casitas entramadas se encuentra una cafetería donde puedes degustar la crema Chantilly de diferentes formas. Mi recomendación es tomarla con pan de especies, no está tan fuerte como el alemán y el contraste con la crema es muy apetitoso. Un imprescindible total.

Y con el estómago lleno y un último paseo por los jardines entre divertidos patos me despido de mi visita al Palacio de Chantilly.

Tengo que decir que este castillo me sorprendió muchísimo. Está muy cerca de París y hasta mi última visita no lo conocía. Imperdonable. Te recomiendo encarecidamente la visita a este castillo, de verdad, un remanso de paz lejos del turismo de masas, me ha enamorado este rincón secreto tan cerca de París.
4 Comentarios
Ohh genial, lastima que los 15 dias que me pase alla en Paris, no me alcanzaron para ver tal joya escondida, tienes razon a veces por afan de ir a a ver «muchas cosas»no nos percatamos de la gran coleccion de pinturas dentro de este famoso castillo :). Saluditos
Wow! Mira que 15 días son muchos eh! :D Tendrás que volver :) París siempre lo merece.
Muchas gracias por el post. Desde luego soy un admirador de la villa de París, tras los años he vuelto una y otra vez, y sin embargo nunca había pensado en visitar un palacio tan precioso como el de Chantilly. Enhorabuena por tu entrada. Te animo a pasarte por mi blog de viajes siempre que quieras :)
Hola Pablo!
A mí me pasa lo mismo, y menudo descubrimiento! Es una preciosidad, te lo recomiendo para la próxima sin duda.
Y claro, me paso por tu blog :D.