El Castillo de Brissac es el más alto de toda Francia. Es privado y en la actualidad se encuentra habitado. Situado a tan solo 20 kilómetros de la bellísima Angers, es una parada imprescindible en nuestra ruta por el Loira desconocido.


Muy recomendable también en este itinerario oculto y especial es la Abadía de Fontevraud, un sitio mágico que alberga hoy día un hotel, un restaurante Estrella Michelín y muchas obras de arte contemporáneas entre sus muros.
Visitar el Castillo de Brissac en Pays de la Loire
Cuando hacemos una ruta por los castillos del Loira todos queremos ver los más famosos. Soy la primera que he flipado con fortalezas y palacios como Chambord o Chenonceau. Pero más allá de estos ultrapopulares, hay algunos secretos y maravillosos que muchos pasan por alto y que yo te desvelo, como el Château de Brissac:
Pequeña historia del Castillo de Brissac
Fue construido en el siglo XV por un ministro del Rey Luis I, Pierre de Brézé, al estilo medieval, con torres. Su apariencia era sencilla pero robusta, con algunas decoraciones en los matacanes. En 1502 fue vendida a la familia Brissac, propietaria desde entonces, perteneciendo ahora al decimocuarto Duque de Brissac.
A lo largo del siglo XVI, como consecuencia de las guerras entre católicos y protestantes, el castillo sufrió daños importantes, quedando semiderruido y viéndose obligado su dueño a comenzar a restaurarlo con la entrada del siglo XVII.
Digamos que las obras no fueron por el cauce esperado y quedaron inacabadas a la muerte de su precursor. Su hijo no quiso continuarlas y la fachada se quedó en la mitad de lo diseñado, haciéndole perder la simetría que se había planificado y que se hace patente a simple vista.
Lo más curioso es que las torres primigenias que iban a ser derruidas no llegaron a eliminarse con la paralización del proyecto, por lo que ahora vemos una fachada renacentista atrapada en el antiguo armazón medieval. «Un nuevo castillo parcialmente construido dentro de un viejo castillo parcialmente destruido».

El entorno del castillo tal y como lo vemos es de finales del XIX, cuando se obstruyó el foso y se adornó el jardín en estilo inglés y además se crearon las cuadras y el teatro. Una joya en su conjunto.
Visitas guiadas por la mansión Brissac
Todas las visitas a la fortaleza son guiadas, precisamente porque la familia Brissac reside en él todo el año. Nosotros vivimos un momento bastante cómico en el que la marquesa, vestida como de venir de yoga pero con un bolso lujoso, se acercó a nuestro guía a pedirle las llaves de su casa, porque ella no encontraba las suyas. Muy real todo.

El precio de la entrada es de 11 euros por adulto, aunque hay una serie de tarifas reducidas y es más barato para niños. Se compra en su web o allí mismo. La visita es interesantísima y te dan información en español.

Dependencias de la fortaleza visitables
Voy a hacer un repaso por todas las habitaciones que visitamos en el Castillo de Brissac, el más alto del Loira. ¡Si no quieres spoiler no sigas leyendo!
Planta baja: salón y comedor
Salón Dorado
Recibe este nombre por su techo artesonado del XVII pintado con hojas de oro. Destaca la gran chimenea de estilo Luis XIII, los candelabros de cristal de Murano y los tapices con representaciones de Don Quijote.
La sala está repleta de retratos y fotografías de todas las generaciones de la Casa Brissac, incluyendo la familia actual que lo habita, los Marqueses de Brissac (hijo mayor de los Duques de Brissac).

Comedor
Tiene un techo con vigas decoradas con flores y un gran cuadro del Castillo de Bercy (destruido en 1961 para construir el mercado de vinos de París, el ahora Ministerio de Hacienda).
Llama la atención la tribuna de orquesta producto de la remodelación del siglo XIX, que está hecha en madera pintada simulando mármol (parece mármol de verdad, eh).

Primera planta: Gran Galería, Cuarto Luis XIII, Sala de los Retratos y Cuarto de la Caza
La Sala de Recepciones o Gran Galería
Mide la friolera de 32 metros de largo y en él se han dado numerosas recepciones. En la actualidad acoge eventos como bodas. Recuerda vagamente al Salón de los Espejos de Versalles.
El techo pintado en 1625 esta decorado con escenas bíblicas, mitológicas y pastorales. Hay también varios tapices en las paredes.

El cuarto de Luis XIII
Contigua al Gran Salón se encuentra la habitación donde el Luis XIII y su madre, María de Médicis, se reconciliaron en 1620 después de numerosas disputas relacionadas con la regencia.
Hay mobiliario italiano, destacando una cómoda que parece de ébano pero que realmente es de peral pintado en negro con incrustaciones en marfil. Otro trampantojo.

La Galería de los Retratos
Como de su nombre se deduce, aquí podemos encontrar presente a casi todos los miembros del árbol genealógico de los Brissac.
Como curiosidad encontramos el de Anne de Mortemart, una jinete que cabalgó hasta los 86 años, famosa por ser la primera mujer en conducir y la primera en obtener una multa por exceso de velocidad.

El Cuarto de Caza
Recibe este nombre por los tapices de su pared con escenas de cacerías del siglo XVI: oso salvaje, ciervo, jabalí, lobo… incluso hay escondido un unicornio, ¿Lo ves?
La cama de estilo renacentista es una copia de una del Museo Cluny de París. El techo está pintado con flores y angelitos.

Segunda planta: el Teatro
Teatro italiano
La mujer del retrato es Jeanne Say, la misma marquesa de Brissac que mandó a erigir la tribuna del comedor en el siglo XIX. Proveniente de una familia adinerada, era una amante total de la música y una buena soprano.
Aprovechó las renovaciones del castillo para construirse su propio teatro de estilo italiano para poder cantar en privado. Se estrenó en 1890 y cada otoño se celebraba un festival que acogía a músicos internacionales. Cuenta con 170 localidades.

Sótano: cocinas medievales y bodega
Cocinas de la época medieval
La gran chimenea de piedra y la batería de cobre que decoran las cocinas medievales no pasan inadvertidas. Hoy se pueden celebrar fiestas en ellas.

Bodega Brissac
Desde hace 500 años esta familia viene dedicándose entre otros menesteres a la producción vinícola.
Al final de la visita se pasa por la bodega abovedada donde hay algunas muestras de sus botellas para que las pruebes e incluso puedes comprar alguna.

Los jardines del Castillo de Brissac
Los jardines del Castillo de Brissac son maravillosos, paseándolos se descubren distintas perspectivas del caserón de gran belleza.
El antiguo canal de desvío del río, ahora inutilizado, compone un fantástico camino de 300 metros.

Dando una vuelta podemos llegar a las caballerizas del siglo XIX, con forma de «U», algo bastante novedoso en la época. Un dato muy curioso es que estaban dotadas de electricidad aún cuando el castillo aún no disponía de ella.
Para despedirnos hay que caminar a lo largo del río Aubance, por el sendero del bosque, cruzar su puente japonés, pararse a observar el mausoleo familiar o deleitarse con sus viñedos.


Si necesitas más información de horarios y actividades en el Castillo de Brissac puedes consultar su página web para tener todos los detalles.

Si quieres que tu experiencia sea súper auténtica, existe la posibilidad de alojarse dentro del Castillo de Brissac. Tiene que ser una pasada, puedes echar un ojo a los precios aquí.

Una visita imprescindible y uno de los castillos más coquetos del Loira.