La Hacienda Guzmán, cuyo primer propietario fue el hijo del mismísimo Cristóbal Colón, es un claro exponente de la hacienda barroca sevillana, dedicada al aceite de oliva. Si quieres visitar una almazara en Sevilla, te animo a que sigas leyendo mi experiencia de oleoturismo.

Tú también puedes hacer esta excursión desde Sevilla:

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Oleoturismo en Sevilla
¿Qué es una hacienda?
Para que sea catalogada como una «hacienda» (y no cortijo, por ejemplo) es necesario que en ella se elabore un producto final. La palabra hacienda viene de facere (hacer). En Sevilla suelen dedicarse a la elaboración de aceite de oliva; por ello todas cuentan con molino. Hay otras haciendas que producen vino.
Historia de la Hacienda Guzmán
Aunque Hernando Colón fue su dueño más célebre como gran exportador a las colonias, la familia que da nombre a la hacienda fue la que la conociera en sus años de mayor esplendor, entre los siglos XVIII y XIX, cuando llegó a ser uno de los mayores productores de aceite de oliva de todo el mundo.
A pesar de que hoy hablemos de oleoturismo, y de visitar una almazara en Sevilla como algo muy novedoso, ya el escritor romántico inglés del siglo XIX, Richard Ford, había mencionado en sus pasajes una excursión olivarera a la capital hispalense, visita de la que incluso hizo una ilustración de la hacienda, que se ha usado en algunos de sus embotellados.

En su día, la Hacienda Guzmán contaba con tres molinos de aceite, uno de encada una de sus torres. Aún se conserva desde hace 400 años uno de ellos, mantenido en perfecto estado, y que incluso se pone en funcionamiento una vez al año para garantizar su buena preservación. Destaca la viga de madera de caoba de 15 metros.
Es increíble contemplar un sistema tan rudimentario como eficaz, tan contrastado con las modernas técnicas empleadas hoy día.
Fuera de las torres observamos un patio de buganvillas en pendiente. Antaño se empleaba para amontonar la aceituna y que su propio peso comenzase la prensa. Era una primera extracción de muy mala calidad, a veces incluso podrido, que se usaba como aceite lampante (para las lámparas) para alumbrarse durante las labores en el molino.

Descubrimos que la producción de aquella época era curiosa pero un tanto alarmante, y es que conocí que antiguamente para ampliar el zumo conseguido y facilitar la molienda solían agregar agua caliente. Impensable hoy día, ¿verdad?
Al principio, se trabajaba a cambio de cama y comida, de ahí las dos cazuelas que se aprecian en el escudo de la familia en el arco de la entrada a la hacienda. Sobre este hay una imagen de San Bartolomé, y en el suelo, varios cañones. Como están emparejados, significa que en esa casa durmieron reyes, seguramente atraídos por su coto de caza. Vemos que los cañones están unidos por cadenas, lo que nos viene a decir que de puertas para adentro se seguía la jurisdicción propia del señor.
Los aceites de la Hacienda Guzmán
La marca cuenta con diversos tipos de aceite, habiendo obtenido distintos galardones internacionalmente que ponen de manifiesto su gran valor y exquisito sabor.
Nosotros probamos las cuatro variedades con las que trabajan en la actualidad, y fue muy divertido encontrar los diferentes matices de cada uno de ellos.

Visitar una almazara en Sevilla
La visita guiada por la Hacienda Guzmán
Desayuno molinero
Nuestro paso por la hacienda comenzó con un buen desayuno andaluz en su patio central, rodeado de flores y aperos de labranza, en torno a una bonita fuente central de piedra.
Mi forma favorita de degustar el aceite es en una tostada, así que me parece una forma fenomenal de empezar con buen pie.

Paseo por el Jardín Andalusí
Los jardines que rodean la finca son preciosos, incluso en esta época otoñal. Repletos de árboles y plantas, pasearlos es realmente agradable.
Además, de camino puedes parar en sus bonitas caballerizas, donde tuve a suerte de conocer a un pequeño potrillo de apenas dos semanas de vida.
Desde la fundación detrás de Hacienda Guzmán se está intentando promover la inclusión como Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO al Paisaje Olivar Andaluz.
Museo del carruaje
Por si esto fuera poco, la Hacienda Guzmán cuenta con una colección increíble de carruajes de época; la mayoría propios, aunque algunos han sido cedidos por otras familias.
En 2018 su propietario fue el ganador del Concurso de Enganches de la Feria de Abril de Sevilla.
Recogida de la aceituna
Tras en breve paseo en calesa llegamos al olivar de la finca, donde varias cuadrillas de jornaleros ataviados con batas blancas estaban faenando en la recogida de la aceituna.
La recolección en la Hacienda Guzmán se hace «en verde«, es decir, cuando la aceituna aún no está lo suficientemente madura. Esto es así porque, a pesar de que a extracción es mucho menor, el oro líquido conseguido es de la mejor calidad.

Para conseguir un fruto superior se hace una triple selección: en parcelas, en el árbol, y en la cinta de la almazara.
En Hacienda Guzmán toda la recolección es 100% manual, durante tres meses. No se varea ni se usa ningún tipo de vibración, para maltratar la aceituna lo menos posible.
Si quieres sentirte uno más, podrás ser recolector por un día portando el macaco (cesta que va pegada al cuerpo) y tratando de llenarlo lo antes posible. Es muy entretenido.
Molino actual de la Hacienda Guzmán
Por si todo lo expuesto fuera poco, para evitar en la medida de lo posible a oxidación de la aceituna, el proceso desde la recolección hasta su llegada al molino se hace en menos de tres horas, manteniendo el fruto siempre por debajo de los 21 grados.
Los 3 enemigos del aceite de oliva son el calor, el oxígeno y la luz.
A pesar de que en la actualidad se cuenta con la maquinaria más precisa, sorprende comprobar que la mayoría del desarrollo es aún muy artesanal.
La mayor olivoteca del mundo
Lo que más curioso me pareció de visitar una almazara en Sevilla como la Hacienda Guzmán, fue su museo de los olivos, con más de 150 variedades a cada cuál más sorprendente que la anterior. Algunos, con aceitunas buenas para mesa, otras para aceite, gordales… e incluso una de color blanco. Olivos de 13 países distintos.
Por haber hay un olivo nabalí, que es del mismo tipo que los que hubiese en el Monte de los Olivos. ¿Sabías que en la Biblia hay unas 400 referencias a los olivos? Pues hablan de este olivo nabalí.

Oleoturismo en Sevilla: cata de aceites en la almazara
El aceite más famoso de la hacienda es el de aceituna manzanilla. Su uso para elaborar aceite es algo muy original, ya que normalmente se comercializa solo como aceituna de mesa, ya que se puede extraer muy poco zumo de ellas. Sin embargo, han comprobado que, si el buen perfume viene en frasco pequeño, el AOVE no iba a ser menos, y han conseguido un aceite de manzanilla muy picante y con muchísima personalidad.

Tengo que decir que para mi gusto fue el mejor de la cata guiada, en la que degustamos Arbequina, Hojiblanca, Manzanilla y Coupage, que lleva distintos porcentajes de los tres anteriores.
La cata de aceite se hace entre olivos, con el típico vaso azul (para no dejarte influir por el color) con tapadera de cristal de reloj, para que no se escapen los aromas. Muy divertida e instructiva. Una de las mejores partes de visitar una almazara en Sevilla.

¿Cuál crees que es el mayor consumidor de aceite de oliva del mundo? Grecia, seguida de España e Italia.
Por si no lo sabías, los tres atributos que debe tener un buen aceite de oliva a la hora de catarlo (además de carecer de defectos) son: picor, amargor y aroma afrutado.
Un fin de semana de oleoturismo en Sevilla
Para completar la experiencia, desde la Hacienda Guzmán organiza paquetes con hoteles en Sevilla y restaurantes con platos en los que su aceite es parte esencial.
En conclusión, una visita muy interesante que puede reproducir cualquier persona atraída por el turismo del aceite. Solo es necesario reservar previamente.

Datos de la Hacienda Guzmán
Dónde está situada esta almazara de Sevilla:
HACIENDA GUZMÁN. Carretera de Mairena del Alcor S/N, 41309, La Rinconada (Sevilla).
Te recuerdo que para vivir una experiencia con el aceite en Sevilla como la mía puedes reservar tu propia visita a la almazara aquí.