Ahora con el otoño parece que todo lo que apetece son senderos, hojas amarillentas por el suelo, castañas, olor a chimenea y a musgo… ¿no os pasa? Os dejo con uno de mis planes preferidos de otoño en Aracena.

Aprovecho para dejaros aquí todas mis recomendaciones para una escapada a la Sierra de Aracena con mis pueblos preferidos.

Por eso os cuento el plan que hice el pasado domingo, completo y súper otoñal en La Sierra de Aracena (Huelva): ruta desde Galaroza hasta Castaño del Robledo y almuerzo en un lugar realmente apetitoso.

Sendero desde Galaroza hasta Castaño del Robledo, un día de otoño en Aracena
En la Sierra de Aracena y Picos de Aroche hay muchísimas rutas súper bonitas, especialmente en esta época del año. La que yo hoy propongo une los pueblos de Galaroza y Castaño del Robledo, un camino puramente otoñal que te va a encantar.

Los alcornocales, castaños y encinas te acompañarán durante los 6 kilómetros de ruta (la dificultad es baja-media) y los animales en las fincas te harán el recorrido mucho más entretenido: cabras, cerdos (de los ibéricos), gallinas… todo esto con el murmullo relajante de fondo del agua caer que aporta el manantial de la rivera del Jabugo, afluente del río Múrtigas.

En esta temporada puedes aprovechar para recoger los frutos de los árboles que encuentras en el sendero, y que van desde castañas a bellotas, madroños maduros, y ya que te agachas, si entiendes un poco de micología, deliciosas tanas y boletus.

Una vez en Castaño del Robledo, puede pasearse el pueblecito de poco más de 200 habitantes en apenas unos minutos para rozar su toque serrano. El otoño en Aracena y su sierra es ideal.

Comer en Castaño del Robledo: Restaurante Maricastaña
[ACTUALIZACIÓN: Maricastaña cerró sus puertas, pero en su lugar ha abierto otro igualmente apetecible llamado El Dornillo].

Alentada por las buenas críticas oídas del Maricastaña,este restaurante situado en la Plaza de los Álamos, acudí a probar sus platos.
Tengo que decir que rompe con los esquemas típicos de gastronomía en la sierra, donde (la verdad) les cuesta salir del solomillo a la plancha o el revuelto de tanas, les prima el sabor clásico sin innovar. Y esto es lo que hace a Maricastaña diferente: respeta al máximo los sabores propios de los productos yendo un poco más allá, que realmente es lo que uno espera cuando sale a comer fuera.
Diré que todo lo que probé estaba delicioso, y que el sitio, de estilo rústico, es muy bonito. En invierno encienden la chimenea y ponen un cisco debajo de cada mesa, y en verano se puede disfrutar de una acogedora terraza con vistas a la sierra (por poner alguna pega comentaré que al reservar no me advirtieron de que nuestra mesa iba a estar en la terraza y nosotros que veníamos «a cuerpo» de andar pasamos un poco de frío, pero bueno. Esto me recuerda que debéis reservar porque se llena).

Tiene buena pinta la comida y el plan en sí ¿no? Lo peor, el caminito de vuelta con el estómago lleno, pero mira, así se baja la comida :P.

4 Comentarios
Qué montón de fotos y qué bonitas.. me encantan los colores del otoño. Y oye… caminar con el estómago lleno tampoco está tan mal jajaja
Jajajajaja con todas las calorías que quemas tendrás que reponerlas, ¿no? :P
Buenos días Claudia. Podrías indicar cómo llegar al comienzo del sendero??
Hola Elena!
El sendero comienza en Galaroza, en la entrada del puelo, mira aquí tienes la ficha técnica :D.