Viajar a la ciudad califal es hacer una retrospección en tiempo y espacio. La del salmorejo, la de los patios de flores, la de la Mezquita, qué villa más grande. Hoy os cuento qué ver en Córdoba en dos días haciendo las visitas imprescindibles.
Hace años me prometí volver para disfrutar de nuevo de su pasado árabe, de su Puente Romano, su Judería y su Sinagoga. En definitiva de esa mezcla de arquitectura y arte que la caracterizan. Pero sobre todo quería regresar para enamorarme de su luz bipolar, la que la engalana de día y de noche, y la que la hace parecer dos ciudades escondidas en una.
Os animo a seguir este recorrido imprescindible por Córdoba para descubrir qué ver en sus distintos barrios. Y si vas a pasar más de un fin de semana no te pierdas estos pueblos cordobeses tan bonitos.
Qué ver en Córdoba: lugares imprescindibles que visitar
Antes de nada, por qué no tomar contacto con la ciudad con un free tour (es un paseo guiado gratis). Puedes reservarlo aquí. Siempre es buena idea empezar así para hacernos con sus distancias y aclarar lo mejor que ver en Córdoba y qué merece más la pena visitar. Una alternativa interesante si lo prefieres, esta ruta al completo con entradas.
Otros tours gratis son:
El Paseo de la Ribera, una caminata agradable
Mi primer contacto con Córdoba esta vez tuvo lugar en torno a este paseo. De entrada me dio la sensación de no haber salido de casa, de Sevilla. A fin de cuentas me encontré con dos orillas bañadas por las mismas aguas del Guadalquivir, y separadas por dos puentes de referencia: el Puente de Miraflores y el Puente Romano.
Crucé el primero al crepúsculo, y al observar el segundo me sobrecogió la belleza de esa estampa, un espejo de nubes tan sólo roto por el reflejo simétrico de 16 arcos que unen el Campo de la Verdad con el Barrio de la Catedral, y que durante 20 siglos fue el único con el que contó la ciudad.
El Puente Romano, uno de los monumentos principales de Córdoba
También conocido como Puente Viejo, está custodiado por la torre defensiva de la Calahorra en uno de sus extremos y por la Puerta del Puente en el otro, una de las entradas de la antigua muralla del casco histórico. En el centro del puente hay un monumento al triunfo de San Rafael, una delicia para los ojos especialmente de noche.
En torno al Paseo de la Ribera se han instalado numerosos bares, cafeterías y comercios que lo han convertido en una de las zonas más transitadas para hacer turismo en Córdoba, disfrutar de la gastronomía cordobesa o simplemente tomar una copa con unas vistas únicas.
Una marea de plazas, recorre todas las que puedas
Conforme se avanza hacia el interior del casco histórico de Córdoba llama la atención la gran cantidad de plazas que van saliendo al paso, cada una con su propia idiosincrasia, aunque sin desentonar con la estética del resto de la ciudad. Vamos con las principales:
La Plaza del Potro y su particular caballo
En mi caso la primera que crucé fue la Plaza del Potro, en cuyo centro se sitúa la Fuente del Potro, coronada por un caballo que sostiene un estandarte con el escudo de la ciudad. En esta misma plaza se ubican el antiguo Hospital de la Caridad, el Museo de Bellas Artes local y el Museo Julio Romero de Torres, como veis, una amplia oferta cultural en muy pocos metros a la redonda.
La Plaza de las Cañas, un buen lugar donde alojarse
Lo siguiente fue un trasiego por calles empedradas difíciles de caminar, pero algunos rincones de artesanía, los balcones azules y floridos y un detalle inesperado en la calzada amenizaron el paseo hacia la Plaza de las Cañas, un lugar recogido y animado donde me alojé en mi escapada.
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La Plaza de la Corredera, ideal para una cerveza
Y a escasos 50 metros, como si abriera los ojos tras muchas horas de sueño, salí de la estrechez de esas calles a la inmensidad de la Plaza de la Corredera.
Me llamó la atención que recree la arquitectura de tantas plazas mayores de la geografía española, pero con una oferta gastronómica y una vida mucho mayores, nunca mejor dicho. Es el lugar ideal para tomar una cerveza a mediodía, o para disfrutar de una cena agradable buscando el fresco en las noches veraniegas.
El Templo romano y sus brutales columnas, uno de los lugares que ver en Córdoba
Por una de las salidas de la Corredera retomé las ceñidas calles, pero de repente surgió otro deleite para la vista: 11 columnas blancas rompían la monotonía azulada del cielo. Había llegado al Templo Romano de Córdoba, una recreación construida con las ruinas que habían encontrado en una obra de ampliación del Ayuntamiento.
Al excavar en los años 50 encontraron tambores de columnas, capiteles, fustes y otros fragmentos. Los historiadores fechan estos restos en el siglo I, y creen que no fue el único templo romano de la ciudad, pero sí el único descubierto por excavación.
Y ya que estás allí, hay que acercarse hasta el Palacio de Viana (entrada aquí), una de las visitas más interesantes de Córdoba, ya que cuenta con doce de los patios más bonitos de la ciudad y ya sabemos que eso es mucho mérito en un lugar tan florido.
La Plaza de las Tendillas, corazón cordobés
Para concluir, aunque tuve ocasión de perderme por varias plazas más, cabe destacar la Plaza de las Tendillas, centro neurálgico del casco histórico de Córdoba.
Rodeada de múltiples comercios y restaurantes, la plaza tiene cuatro enclaves principales: el monumento al Gran Capitán en el centro (rodeado de fuentes en el suelo para el disfrute de los más pequeños), el edificio de la Unión y el Fénix (obra del arquitecto Benjamín Gutiérrez Prieto entre 1926 y 1927), la Casa Colomera (construida por Félix Hernández Giménez en el año 1928) y el Reloj de las Tendillas (que marca los cuartos y las horas al ritmo de una guitarra por soleares y que concentra a los cordobeses cada 31 de diciembre para recibir al año nuevo).
La magia de la Judería, el barrio judío de Córdoba
La última sorpresa de mi escapada la viví al adentrarme desde las Tendillas a la Judería. Poco a poco las casas blancas, los balcones azules y los comercios de artesanía se cernieron sobre mí, y dejándome llevar por una marea de turistas aterricé en pleno corazón cordobés, donde el encanto atesorado durante siglos de sus rincones conduce al éxtasis de los sentidos.
El callejón de las Flores, la calle del Pañuelo (donde dicen que en su estrechez sólo cabe el tamaño de un pañuelo abierto), el entorno de la inigualable Mezquita, el Patio de los Naranjos, la Sinagoga (única que se conserva en Andalucía), el Zoco de Artesanía, la Puerta de Almodóvar o la calle Cairuan (ya en extramuros) te sumergen en la magia de la Córdoba árabe y romana, la misma que cautivó a la Unesco cuando en 1994 decidió nombrarla Patrimonio de la Humanidad. Todo se queda corto para expresar lo que hay que ver en Córdoba.
La Mezquita de Córdoba, el monumento principal que visitar
Sin duda el monumento más importante que ver en Córdoba, y una de las visitas estrellas de Andalucía, hermosa por fuera, cautivadora por dentro, con sus mágicos arcos bicolor. Te recomiendo recorrerla con una visita guiada porque es de esos lugares que merece la pena conocer en profundidad.
Dónde comer en Córdoba salmorejo y cosas ricas
Para mí, algunos imprescindibles de Córdoba son la tortilla de patatas de Santos, el salmorejo de Garum, y una parada en los puestos del Mercado Victoria. ¿Qué opinas?
Este paseo muestras los esenciales de Córdoba, una ruta agradable por el corazón de la ciudad. Para terminar nada mejor que relajarse en un auténtico hammam árabe.
Fotos y texto de mi colaborador y amigo Carlos Jordán.
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