Había oído hablar tanto de Frías y llevaba tanto tiempo en mi lista que, no lo negaré, tenía miedo de que no estuviese a la altura de mis expectativas. Con fama de ser el pueblo más bonito de Burgos y uno de los mejores de España, este lugar a orillas del Ebro de apenas 300 habitantes que un día consiguió el título de ciudad es un tesoro escondido en las Merindades. ¿Que si me ha gustado? Me ha flipado, y te descubro los rincones más bellos que ver en Frías.


Frías está situado al norte de la provincia de Burgos, en la comarca conocida como las Merindades. Necesitas algo más de una hora para llegar desde la ciudad de Burgos, 80 kilómetros por una carretera con no pocas curvas, pero merece totalmente la pena.

Dónde aparcar en Frías: este pueblo burgalés cuenta con un amplio parking gratuito a un paso del casco histórico, en la zona baja. Puedes buscar en Maps «Parking Frías» pero de todas formas está bien señalizado.
Qué visitar en el pequeño pueblo de Frías
Ya decía antes que Frías era realmente una «ciudad», ¿sabes por qué? Pues fue el rey Juan II quien decidió concederle este título en el siglo XV, por su relevancia estratégica gracias a su escarpada localización. Por si esto fuese poco, pertenece a la asociación de Pueblos más bonitos de España y ha sido declarada Conjunto Histórico Artístico (te aseguro que aún con su pequeño tamaño, le cabe de sobra tanta grandeza).
Además, la deliciosa Frías, junto con Oña y Poza de la Sal, conforma la Mancomunidad Raíces de Castilla. Una ruta espectacular entre estos tres pueblos preciosos conectados por unos paisajes de naturaleza fascinante.

Tengo que volver a este lugar porque me encantaría tener el privilegio de pasar una noche en él con sus locales. Si quieres dormir en Frías, yo le tengo más que echado el ojo a esta preciosa casa rural.
Y ahora sí, te descubro todo lo que visitar en la ciudad más pequeña de España:
Iglesia de San Vicente Mártir
Esta parroquia es el templo de la localidad y lugar de reunión de sus aldeanos. De hecho, nos pasó algo muy tierno y es que íbamos con Bora y dos abuelitas que estaban en la entrada se ofrecieron a hacer de guardería perruna para que pudiésemos visitarla.
La iglesia por desgracia sufrió un colapso años ha y tuvo que ser reconstruida. Para ello, el municipio se vio obligado a vender parte de los elementos que se rescataron (entre ellos su pórtico) a un coleccionista que sufragaría los gastos. Hoy para poder verlos en persona tenemos que trasladarnos al museo Metropolitano de Nueva York.
Del interior destaca su Retablo Mayor con la imagen del diácono San Vicente junto a San José y San Sebastián.
Un imprescindible que visitar en Frías. El ticket de entrada es 1 euro.

Frente a ella hay un pequeño parque muy agradable con un arco del siglo XVI.
En Frías hay otros tres edificios religiosos llamativos: el Convento de San Francisco, del 1200, la Iglesia de San Vítores y el Monasterio de Santa María de Vadillo.
Castillo de los Duques de Frías
El Castillo de los Velasco (o Duques de Frías) data del siglo X y se erigió sobre un gran peñasco, siendo su ubicación determinante, ya que hacía que su silueta fuese visible desde lejos pero también garantizaba su inexpugnabilidad. Al fondo podemos divisar el pico Humión.
En la actualidad se conservan sus ruinas por lo que la visita es en abierto. Podemos subir a su Torre del Homenaje, pasear en torno a las murallas que aún se mantienen en pie y deleitarnos con las vistas maravillosas tanto a la población como al paisaje. En el Patio de Armas encontramos restos de un aljibe.
Es el otro gran monumento que ver en Frías y el precio de la entrada es de 2 euros. Se compra en la Oficina de Turismo, que está justo al lado; ahí te dan además un mapita con información de Frías.

Las casas colgadas de Frías
Cuando te acercas a este municipio lo segundo que llama la atención (después de su fortaleza) son sus casas colgadas en el precipicio, asentadas jugando con la gravedad sobre el borde de una gran roca conocida como Cerro de la Muela.
La mayoría tienen dos o tres plantas rematadas por una solana, y están construidas en piedra de toba y entramados de madera. Es muy fácil verlas tanto desde el castillo como desde la parte baja del pueblo, o el mirador que hay junto a la iglesia.

Puente medieval
A pesar de su nombre, este puente que cruza el río Ebro tiene orígenes romanos. Pero eso sí, tuvo que ser restaurado en diversas ocasiones durante la Edad Media, de ahí el apelativo. Tiene 145 metros de largo, 9 arcos y una torre defensiva, y dista del centro en torno a un kilómetro.
Piérdete entre sus callejuelas
Venga, ¿habrá una frase más típica? Pero es que oye, tomando como referencia su vía principal, la calle del Mercado, lo mejor es merodear sin rumbo fijo descubriendo los monumentos de Frías desde distintas perspectivas.
Además, puedes asomarte a los distintos miradores, el del Peñasco es el más conocido.

Tobera
Enclave impactante a solo 5 kilómetros de Frías. El río Molinar es sobrepasado por un puente de piedra y tras él, en una pequeña loma, se divisan en estilo románico la Ermita de Nuestra Señora de la Hoz y la del Cristo de los Remedios.
Desde aquí parte un camino rodeado de encinas en el que se van sucediendo distintos saltos de agua y cascadas en apenas un kilómetro. Se conoce como Paseo del Molinar.

Sin duda hay mucho más que explorar en este entorno tan maravillo, pero con esto puedes visitar al menos lo más imprescindible que ver en Frías. Yo volveré seguro.