La costa de Eslovenia tiene tan solo 47 kilómetros de longitud, distribuidos a lo largo de la península de Istria. A pesar de que no parecen muchos, son suficientes para encontrar en ella uno de los pueblos costeros más bonitos del Adriático: qué ver en Piran, mi verdadera Perla Adriática.
Si estás buscando dónde dormir en Pirano, este bed&breakfast es el mejor alojamiento que vas a encontrar. Perfectamente ubicado, monísimo, con vistas, desayuno y parking. ¿Qué más se puede pedir?
Qué visitar en Pirano: lugares imprescindibles
Cuentan que el nombre de Piran proviene de pyr (fuego en griego), en alusión a las fogatas que encendían los habitantes para atraer los barcos hasta la actual vecina Koper.
Asentamiento con mucho mix, posteriormente fue tomado por los romanos. Aunque indudablemente la ocupación más potente fue la veneciana durante 5 siglos de los que aún quedan numerosos vestigios que pueden recorrerse en un día:
La Plaza Tartini
El pasado veneciano de esta parte de Eslovenia se hace patente en muchos de sus rincones, tanto por su gastronomía como especialmente por su arquitectura. Pero si hay un punto que consiga trasladarte en un instante a la Ciudad de los Canales (curiosamente sin tenerlos, y eso que hay Venecias hay hasta en China), esa es la Plaza Tartini.
Gira sobre ti mismo para darte de bruces con coloridas casas de estilo veneciano, con sus particulares ventanas. Son una preciosidad. La estampa con el suelo de mármol y los tonos pastel es la postal típica que ver en Piran.
En ella se encuentra una escultura de Giuseppe Tartini, un famoso violinista que nació en Pirano (y también su casa). Además, sobresalen entre los demás los edificios del Ayuntamiento y los Tribunales, así como la pequeña iglesia de San Pedro, de principios del XIX.
Nos llamarán la atención dos grandes piedras que hay en dos extremos opuestos de Tartini. En una se representa a San Marcos y en otra a San Jorge.
Pero si hay un lugar que prepondera en la plaza Tartini es la casa veneciana de color ocre del siglo XV. Cuentan que la habitaba un rico matrimonio del Veneto que, cansado de las habladurías de la gente dejaron inscrito en la fachada «lassa pur dir» (déjalos que hablen). A tomar por saco.
No muy lejos encontramos también un Monasterio Franciscano con un silencioso claustro.
Sus callejuelas y mercados
Saliendo por cualquier callecita empinada de la Plaza Tartini empezaremos a descubrir pasajes que suben y bajan, estrechos, laberínticos, que nos llevan a ninguna parte, o a pequeñas plazuelas con mercados de fruta. Casi como en una medina árabe.
La Plaza Maja
Esta extensión tan maja es la otra plaza importante que ver en Piran. Decorada con algunas esculturas, está rodeada por edificios barrocos y posee una antigua cisterna de agua.
El puerto y su paseo marítimo
Frente a la Plaza Tartini se halla el pequeño puerto deportivo de Piran. De él, parte un paseo marítimo lleno de bares, parada imprescindible en los sofocantes días de verano y a tener en cuenta si vas a visitar Pirano.
Justo en la punta encontramos la Iglesia de Nuestra Señora de la Salud, que protegía de epidemias y hoy alberga una exposición de arte contemporáneo. Y junto a ella, el Faro de San Clemente.
En las proximidades también hay una especie de playa, aunque en esta zona ya sabemos que esto se reduce a un trozo de cemento con mil sombrillas clavadas. Eso sí, el agua riquísima y limpia. Ah, y si eres avispado puedes ver a La Sirenita Eslovena.
La Catedral de San Jorge
La Torre de la Catedral de 46,5 metros, además de divisarse desde casi cualquier punto de Piran, nos brinda unas vistas 360 grados del casco histórico y el mar. Recuerda en cierto modo a Dubrovnik, seguramente por el efecto del Adriático y los tejados rojos. La entrada cuesta tan solo 2 euros y sería una pena irse sin ascender a la cima.
Desde abajo, el mirador se parece más bien a Venecia, y es que las similitudes con su Campanile son más que evidentes. Además del propio templo barroco del siglo XVII, cabe una visita a su Tesoro, las Catacumbas y al Baptisterio. De la iglesia destaca una pintura de San Jorge matando al dragón, un imprescindible que visitar en Piran.
Las murallas de Piran
La otra gran parada clave que hacer en Piran es su muralla del siglo XV, perceptible desde casi cualquier punto por su estratégica situación sobre una colina. Fue construida para protegerse del ataque de los turcos.
La subida hasta la entrada (donde también están las antiguas puertas de acceso a la ciudad) es vertiginosa, pero las vistas una vez en los muros compensarán el esfuerzo. El precio es también de 2 euros.
La Cueva Postojna y el Castillo de Predjama
Algo muy interesante que ver cerca de Pirano es la Cueva Postojna, para algunos la más bonita del mundo. Un paseo subterráneo con estalagmitas de hasta 5 metros de longitud que incluye paseo en tren por zonas inaccesibles a pie.
Esta visita suele combinarse con el Castillo de Predjama, una fortaleza medieval llena de misterios y leyendas. En ella habitó el Robin Hood eslovano.
Si te interesa una excursión desde Piran para conocer ambas, puedes reservarla aquí.
Cómo llegar a Piran en Eslovenia
Piran está a tan solo 40 kilómetros de Trieste (Italia), así que el aeropuerto de Venecia es ideal para conocerla. Si estás haciendo una ruta por Eslovenia, la capital Ljubljana está a 120 kilómetros de esta localidad.
Aparcamiento en Pirano
El centro de Piran es prácticamente peatonal y los escasos aparcamientos que encontramos están destinados a los residentes. De hecho, hay unas barras que si las atraviesas, solo puedes estar 15 minutos dentro del pueblo o te cobrarán como 10 euros la hora, así que ojo.
Pero que no cunda el pánico. Justo en las afueras hay un parking denominado Fornace (a 1,2 kilómetros del casco histórico) que ofrece un servicio constante de transfer gratuito a la Plaza Tartini y viceversa. Es donde yo dejé mi coche.
A pesar de ser bastante pequeñita, a mí Pirano me ha conquistado claramente.
Si quieres conocer más rincones con encanto de Eslovenia no te pierdas mi aventura en mi primera vez al país, cuando me perdí buscando el dulce típico.