Viajar a ESLOVENIA
Adoro recorrer Eslovenia en coche. Frondosos bosques, verdes prados, ciudades con encanto, cuevas y lagos… y por si eso fuera poco en mi último viaje a Eslovenia me enamoré de su costa. Si no has ido, ¡estás tardando en viajar a Eslovenia!
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Un error muy dulce en Eslovenia
La capital custodiada por un enorme dragón
Liubliana es una ciudad súper coqueta, me reafirmo después de haberla visitado en dos ocasiones. Desde iglesias de color rosa chicle, a un mágico castillo situado sobre un promontorio, mercados de frutas y verduras locales por las calles y un puente triple. ¿Puede faltarle algo? ¡Ah sí, me olvidé de decir que cuenta la leyenda que un dragón la protege! Así que no hagas nada que pueda disgustarlo.
Mi último descubrimiento fue un antiguo barrio militar plagado de graffitis… raro raro pero de lo raro que mola.
El lugar más bonito de Eslovenia: el Lago Bled
Casi todas las personas que hacen una excursión a Eslovenia de un día o la visitan de pasada lo hacen con una finalidad clarísima: conocer el paisaje soñado del Lago Bled, una masa de color verde esmeralda con una diminuta isla e el centro llena de bosques donde se emplazan una iglesia y un castillo. Y encima con un dulce típico, el kremna rezina, que está delicioso. Un imprescindible de la gastronomía eslovena.
Recorrer la costa de Eslovenia por tu cuenta
Apenas cincuenta kilómetros de litoral tiene Eslovenia, y a pesar de eso me parece de lo más sorprendente. Los pequeños pueblecitos que encontramos entre Italia y Croacia, con ese estilo veneciano tan típico de la zona (ya que fueron invasores durante siglos) que a mí personalmente me gusta muchísimo.
Solo por pasear por las calles de Pirano merece la pena viajar a Eslovenia en la zona del mar. Uno de esos rincones llenos de encanto que se te quedan grabados en la memoria para siempre.
Es imposible no enamorarse de esLOVEnia.
