Fenghuang, cómo llegar y qué ver en el pueblo más bonito de China

A pesar de que se esta volviendo cada vez más turística, el hecho de que Fenghuang se encuentre tan recóndita, aún la mantiene fuera de la inmensa mayoría de itinerarios de viajes organizados por el Gigante Asiático. Una suerte, ya que se trata del pueblo más bonito de China.

Más conocida como la Ciudad del Fénix, Fenghuang es una localidad detenida en el tiempo. Sus casas colgantes –diao jiao lou– continúan impertérritas ante el trasiego del agua del río, que hace de columna vertebral.

Si has llegado a este post de un lugar tan remoto, seguro que estás organizando un viaje a China por tu cuenta y estos consejos te vendrán súper bien.

Cómo llegar a Fenghuang desde Chengdú y Guilin

Nuestra etapa previa a Fenghuang había sido Chengdú, la cuna de los pandas y el Buda de Leshan. Es muy probable que tú también vengas de aquí. Desde Chengdú tomamos un tren hasta Huaihua, la ciudad más próxima a Fenghuang a la que llega la alta velocidad.

Una vez allí, tomamos en la propia estación un autobús que nos llevó a Fenghuang (a unos 100 kilómetros) por 40 RMB por persona. También se puede ir en taxi pero sale más caro y los buses son constantes.

Para continuar nuestro viaje a Guilin y sus terrazas de arroz después de Fenghuang (o si vienes de allí), podíamos volver a Huaihua y coger otro tren, u optar por el autobús que sale a diario a las 11 horas de Fenghuang. Cuesta 160 RBM por persona y tarda algo menos de 6 horas. Nosotros nos decantamos por el bus. Conviene reservar y desde nuestro alojamiento te ayudan.

Qué ver en Fenghuang, el pueblo más bonito de China

Como comentaba, la vida de Fenghuang discurre por ambas riberas del río Tuo. En cada margen, casas de madera sobre pilotes decoran el paisaje, unidas por puentes que parecen sacados de un cuento.

Los puentes de Fenghuang

– Puente Hong: este puente es tan majestuoso que casi parece que no encajase en un pueblo tan encantador pero por otro lado, tan cochambroso. Brocados blancos, casi de guipur, se ven salpicados por coquetos farolillos rojos. Además, es doble, puede atravesarse a dos niveles, otorgando puntos de vista parecidos, pero diferentes.

– Puente de Fenghuang: la curiosidad de este puente palaciego es que es cubierto. Una vez comienzas a atravesarlo eres privado de las vistas del río, mientras pasas por una hilera de tiendecillas, al más puro estilo del Ponte Vecchio en Florencia.

– Puentes de tablas y piedras: para los más osados, existen varios puentes a ras de agua hechos de tablillas de madera o rocas. Yo crucé ambos y debo decir que el de las piedras me dio cierto respeto (aunque no tanto como el Puente Colgante de Carrick-a-Rede).

Las visitas esenciales de Fenghuang

Existe una tarjeta, algo así como la Fenghuang Card, que por unos 150 RMB permite el acceso a casi todos los edificios históricos de la ciudad antigua, como palacios y templos. Por ejemplo: la Sala Ancentral de la Familia Yang, el Templo de Tianhou, las Murallas, las Torres-puerta, la Pagoda de Wanming, la Casa Residencial del escritor Shen Congwen…

Fenghuang Card para el centro

Yo había leído que desde 2013 el cobro se hace por el mero hecho de acceder al centro; para evitar que se masifique. En nuestro caso no nos pidieron ninguna entrada. Quizás no sea cierto  o quizás esa práctica se corta en temporada baja (yo fui en invierno).

Sea como fuere, lo verdaderamente importante es perderte sin rumbo por sus callejuelas, tomar una cerveza al sol, dar un paseo en barquita de bambú y admirar desde todos los puntos de vista las casitas suspendidas de la etnia miao. Es el lugar perfecto para hacer una pausa en tu viaje a China.

La Ciudad del Fénix

La palabra Fenghuang en chino hace referencia a un ave mitológica que viene a significar Fénix, y de hecho hay una escultura que honra a este ave mitológica. El nombre procede de una de las montañas que rodea a la localidad, que la abraza. Igual que este ser fabuloso con las alas desplegadas, listo para lanzarse a volar.

Su habitante más célebre fue el ya mencionado literato Shen Conguen, y la describía así: «Un río fluye desde la alta montaña, reúne el curso de las aguas heladas de 10.000 montes, y su lecho está rodeado por cedros en ambas orillas. Los campesinos riegan los campos de la alta montaña, transportando el agua de este río con las norias de bambú.»

Pueblo de contrastes, de día y de noche

Sin embargo, como Dr. Jekyll y Mr. Hyde, la apacible y encantadora Fenghuang diurna, da paso al caer la noche a unas Vegas estilo asiático.

Luces de neón, muchedumbre, música a tope por improvisados cantantes se dan cita en la Fenghuang nocturna; visión vespertina que si no fuera por lo bonito de verla iluminada, desmerecería a la versión de día, más pura y auténtica. Con campesinos que entran y salen con sus hatillos colgados sobre cañas de bambú y señoras haciendo la colada en el río, azotando cada prenda con una pala de madera hasta que relucen, sin importar lo fría que estén las aguas del Tuo.

Dónde comer en Fenghuang

En esta ciudad, como en la mayoría de la China profunda, su signo de frescura en los restaurantes es colocar peceras y jaulas ante sus locales con ejemplares vivos que no dudan en matar ante ti tras seleccionar tu pieza.

Este protocolo es un poco fuerte para nuestros ojos occidentales, y, por qué no decirlo, a mí me cerraba un poco el estómago. No soy vegetariana, pero no necesito ver cómo muere el adorable conejito que voy a comer, la verdad.

Es por esto que huimos en cierto modo de aquellos restaurantes y optamos por otros al menos menos visibles; ojos que no ven, corazón que no siente.

Nosotros comimos:
– En uno de la ribera muy agradable con un balcón. Pedimos pollo y en mitad de la comida constatamos que ciertamente lo era. Qué sorpresita hurgar en la olla y encontrar la cabeza y las patas con uñas jajaja. Y no fue lo más raro que comimos en China.

– En otro cerca de nuestro alojamiento llamado Got it Taste; pero que no te engañe el nombre, la carta estaba en chino.

También tomamos café en el río. Como en toda China, se paga a precio de oro, aunque al menos siempre están muy ricos.

Algo que recomiendo probar es la torta de ciruelas secas con picante que preparan los puestos callejeros para desayunar. Cuánto más cutres y más locales haya esperando, mejor. Están deliciosas. Otro top de nuestra lista de comidas en China tras la hamburguesa de Xian.

Dónde dormir cerca del río en la Ciudad del Fénix

Nosotros nos alojamos en el Rose Courtyard, una especie de bed and breakfast muy agradable, regentado por un matrimonio encantador.

Ellos nos reservaron los tickets para el bus de Guilin; incluso se ofrecieron a salir con nosotros a buscarnos un taxi para ir a la estación.

La habitación era amplia y limpia. Aunque estaba ubicada junto al río, al no estar en primera línea no era tan ruidoso por la noche, lo cual se agradecía.

Como conclusión, no sé si Fenghuang será el pueblo más bonito de China, porque China es grande y está llena de lugares con encanto. Lo que sí está claro es que es uno de los pueblos más escénicos que uno puede encontrar en Asia, un lugar con reminiscencia de sus orígenes, un lugar que atrapa y sorprende, de los que se quedan en tu memoria para siempre.

Nuestra siguiente parada en la ruta nos llevaría como decía a Guilin. Es el campamento base perfecto para descubrir los arrozales y el río Li.