Quizás hasta que no se sentaste a organizar tu viaje a China no habías oído hablar de Chengdú. Sin embargo, es una de las ciudades más grandes del país, y en sus alrededores se cultiva la picantísima pimienta de Sichuan. También cerca se encuentra la imagen del Gran Buda excavado en roca que habrás visto mil veces y encima es territorio panda. Además, es famosa por sus casas de té. Toma nota porque hay mucho que ver en Chengdú, una urbe con mil caras, como la ópera de máscaras que vio nacer.


Y por cierto, ya te lo he linkeado arriba pero si estás preparando una ruta por China por tu cuenta este post con preparativos te vendrá de perlas.

Ni que decir tiene que nunca viajes sin seguro médico, la Sanidad en China tiene sus particularidades y cualquier contratiempo puede jugarte una mala pasada. Yo siempre viajo con IATI y para China te aconsejo su póliza Mochilero, que tienes aquí con descuento.
Qué visitar en Chengdú (dentro de la ciudad)

Para dormir en Chengdú elegimos una habitación doble privada en este hostel encantador muy cerca del Templo Wenshu. El ambiente era muy bueno y sirven desayuno continental, que ya te digo que lo vas a agradecer después de varios días en China desayunando fideos.
Como adelantaba, no es solo que haya muchos rincones interesantes que ver en Chengú ciudad, sino que además, en sus alrededores nos aguardan algunos de los símbolos más potentes del Gigante Asiático. Voy a empezar contando los lugares principales del centro, y después las excursiones imprescindibles:
Monasterio de Wenshu, paraíso vegetariano
El de Wenshu se trata de un templo budista de la dinastía Tang perfectamente conservado, en el que es fácil encontrar devotos orando y haciendo rituales. La visita es gratuita.
Por sus silenciosos jardines se respira mucha paz, nada que ver con el estrés de los continuos atascos de Chengdú. Es un verdadero oasis.

Su restaurante vegetariano y su casa de té merecen mucho la pena así que te lo cuento en detalle más abajo en la sección dónde comer en Chengdú.
Parque del Pueblo, uno de mis sitios preferidos
El Parque del Pueblo sería a Chengdú lo que el Templo del Cielo a Pekín. Unos grandes jardines en los que los locales se dan cita para practicar deportes y juegos variados (taichí, jianzi, bailes…) con la novedad de que contiene una importantísima y concurrida casa de té, la Heming Tea House.

Chengdú es un punto crucial para cualquier amante del té que se precie, y es que sus teterías llevan varias generaciones sirviendo las mismas tisanas y tienen muchísima fama. Es un lugar perfecto para reservar esta experiencia de ceremonia del té en China.
Como decía, en el Parque del Pueblo puede disfrutarse de un buen té (yo probé dos y me encantó el He Ming Yellow) mientras comes pipas (parece una combinación inevitable a la vista de las mesas plagadas de cáscaras), jugando a las cartas y mirando al lago.

Además, aquí se detecta una de las cosas más curiosas que ver en Chengdú: los lugareños usan los servicios de los limpiadores de oídos (da bastante grima). Esta profesión tiene una arraigada presencia en la ciudad y en el Parque del Pueblo encontrarás varios con su maletín de herramientas. Te tomas una infusión y te vas con las orejas niqueladas, ¿Qué más se puede pedir?

Plaza Tianfu y la escultura de Mao Zedong
La Plaza Tianfu es la principal que ver en Chengdú, el centro de la ciudad. En honor a la verdad no es especialmente bonita, pero está rodeada de museos y edificios reseñables así que hay que pasar por ella.
Destaca sobre todo la gran escultura blanca de Mao Tse Tung, aunque las nuevas fuentes con forma de dragón empiezan a robarle protagonismo.

Templo de Wuhou y el barrio tibetano
El Templo de Wuhou honra a personalidades del periodo de los Tres rernos, descritos en el Romance de los Tres Reinos, un clásico de la literatura china. Es muy agradable caminar entre sus cipreses.
Fuera del templo se dibuja el distrito tibetano de Chengdú, con su propia arquitectura, costumbres y mercadillos.

Por cierto, para poderte mover por Chengdú necesitarás usar Google Maps. Me imagino que ya sabrás que en China no funcionan las aplicaciones móviles occidentales (están capadas, no van). Para poder usar algo tan simple como Whatsapp o Tik Tok, tienes que comprarte una tarjeta que tenga VPN. Yo llevaba esta e-SIM que funciona genial y ni siquiera tienes que sacar tu tarjeta del móvil, te mandan un QR y la activas sobre la marcha. Con el código LOSVIAJESDECLAUDIA tienes un descuento.
Templo del Quingyang, otro té por favor
Su casa del té es otra parada debida para los adeptos a esta bebida (qué pareado me ha quedado). Conviene señalar que en Chengdú el té se sirve sin filtrar y sin azúcar; te lo suelen acompañar de un termo con agua caliente para que tú mismo te vayas rellenando la taza. Los lugareños echan allí la tarde con el mismo té.

En cuanto al templo, se sitúa junto al Parque de la Cultura y es el más grande y antiguo taoísta que visitar en Chengdú.
Callejones orientales repletos de encanto
En Chengdú hay varios callejones comerciales que tienen una clara inspiración oriental y que son súper bonitos (además de estar tela de abarrotados). Especialmente cuando cae la noche y se encienden los farolillos es un momento mágico para visitarlos.
Los más conocidos son Kuanzhai Alley (cerca del Parque del Pueblo), y Jinli Street (junto al Templo Wuhou). Si tuviera que quedarme solo con uno elegiría este último, repleto de tiendas y locales donde tomar algo. Una monada y el sitio perfecto para ir de compras en Chengdú en busca de algún regalito.

Qué ver en los alrededores de Chengdú
Ya te he contado un buen puñado de lugares chulos que ver en Chengdú. No obstante, el motivo principal de mi visita fue acercarme a conocer el Gran Buda de Leshan, pero además de este, hay otras excursiones desde Chengdú muy interesantes:
Gran Buda de Leshan, el mayor excavado en roca
A una hora en tren o dos en autobús, se encuentra desde Chengdú la localidad de Leshan. Famosa por su pollo, más lo es aún por el Gran Buda de 71 metros tallado en la roca en una montaña en el siglo VIII. Basta con poner un pie para entender el dicho sichuanés de «La montaña es Buda y Buda es la montaña». La simbiosis es increíble.
Se trata del más grande del planeta de estas características y la visita es brutal. Se va pasando por varios templos hasta llegar a esta colosal maravilla que podrás divisar desde varios puntos (incluso desde un barco en el río).

Durante mi visita estaba parcialmente cubierto por andamios porque lo estaban terminando de restaurar (ya está acabado), pero aún así me impactó muchísimo. Es enorme y tiene un valor incalculable, de hecho esta joya está protegida por la UNESCO. Solo por esto hay que llegar hasta Chengdú.

Como he comentado, puedes ir en transporte público y comprar allí tu entrada; pero si prefieres que te recojan en el hotel y no depender de horarios de autobuses o trenes y además visitarlo con un guía en español, lo más cómodo es contratar esta excursión al Gran Buda de Leshan desde Chengdú.
Cerca se encuentra el Monte Emei, uno de los cuatro montes considerados sagrados por los budistas Han de China. A mí no me dio tiempo a conocerlo, pero si te interesa echa un ojo a esta alternativa.
Centro de Investigación y Cría de Osos Panda de Chengdú
Basta con asomarse a cualquier calle de Chengdú para darse cuenta de que algo pasa allí con los osos panda. Esta criatura de aspecto amigable es el souvenir más repetido (de hecho yo me compré algún que otro detalle). Esto es así porque ha sido históricamente un enclave ligado a esta cucada de osito, y porque en la actualidad, a 18 kilómetros de la ciudad se encuentra una «reserva de investigación» que alberga más de cien ejemplares.
A mí me habría flipado ver un bebé panda gigante, pero tras consultar a FAADA confirmé mis sospechas de que estos supuestos refugios no son tal y que de lo que realmente se trata es de centros de cría. En China NO hay centros de rescate de pandas. Por eso, preferimos no visitarlo y nos conformamos con un panda de peluche.

Dónde comer en Chengdú, ojo con el pique

Como adelantaba, la comida de la región de Sichuan (a la que pertenece Chengdú) es extremadamente picante. Hay un uso excesivo de la pimienta de Sichuan, una guindilla que pica de coj… Así que más vale que intentes explicar que lo rebajen un poco, o no habrá cervezas Tsingtao suficientes para neutralizar el ardor en la boca.
Algunas buenas opciones para comer en Chengdú son:
BANG Bar
El bar de nuestro hostel estaba muy apañado y además era bastante económico. Una noche que estábamos muy cansados aprovechamos para cenar sopa de fideos y huevo y unos dumplings fritos muy sabrosos. Hay muy buen ambiente y la zona cuenta con varios juegos para entretenerte tomando una cerveza.

Calle Zhangjiaxiang
En las proximidades de nuestro alojamiento se encuentra esta calle que suele instalar un mercado nocturno de comida que encanta a los locales. Los bares también están llenísimos, nosotros elegimos uno al azar bastante concurrido que nos dio buena espina. Era cutrecillo (la carta era un cartón) pero si estaba lleno por algo sería.
Pedimos por señas lo que pudimos y a pesar de tratar de que no fuera muy picante a la foto del «pollo con patatas» me remito. Estaba muy rico pero resultó imposible terminárselo, era un campo de minas en versión guindilla. Tuvimos que irnos a comprarnos un yogur al salir para recuperar la lengua. Una de las cosas más raras que comimos en China.

Wenshu Restaurant
Como había adelantado, en el Monasterio Wenshu hay un restaurante veggie estupendo que sirve hot pots (típicos de Chengdú), y de 11:30 a 13:30 horas, un buffet vegetariano (son budistas) bastante bien de precio que me gustó muchísimo. El entorno es genial y está todo muy rico. Una experiencia diferente comer dentro de un templo..

Bueno, espero que todo esto que ver en Chengdú y alrededores te haya convencido para que se convierta en una parada en tu viaje a China. La siguiente etapa del nuestro nos llevó hasta la Ciudad del Fénix, Fenghuang, el pueblo más bonito del país.